El gol de Hirving Lozano al minuto 35 del primer tiempo contra Alemania encerró una emoción particular, la de un momento brillante para México en su debut en el grupo F del Mundial.
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Tras una jugada de contragolpe, Chucky enganchó y remató dentro del área.
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La pierna derecha de Lozano lanzó una ráfaga que tuvo a fuerza de todo un país pendiente de ese momento.
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El balón entró ante la impotencia de Manuel Neuer, el poderoso arquero campeón mundial en 2014.
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Allí empezaba una alegría que era el reflejo de toda una región emocionada por un tanto que parecía impredecible.
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El beso en la mano derecha fue la primera reacción del goleador del PSV Eindhoven.
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Todos se acercaron a celebrar con el 'Chucky', un ídolo que se hizo tan grande e histórico en ese instante que su grito contagió a todos.
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En el banquillo la alegría del técnico y los jugadores fue evidente, en una felicidad pocas veces vividas con tanta intensidad en este proceso.
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El primero en atrapar a Lozano fue Jesús Gallardo, en un abrazo que con apenas dos brazos tuvo el sentimiento de todo México, de toda Latinoamerica.
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El grito de gol llegó hasta el arco de Guillermo Ochoa, hasta los presentes en las tribunas, los creyentes que fueron a Rusia y a las gargantas de 100 millones de mexicanos felices en ese instante.
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La postal que muchas veces identificó a los mexicanos contra Alemania ahora era parte de los teutones, incrédulos ante lo que sucedía.
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La felicidad de México se condensó en un gol, el del 'Chucky' Lozano que sin duda será un momento memorable en la historia de los Mundiales y ahora en Rusia 2018.