¿Sabés cómo se originó la tradición de comer pochoclos en el cine? ¡Hoy te lo contamos!

¡Las películas no son lo mismo sin pochoclos!

¿Sabías que la tradición tiene origen en Estados Unidos? Hay varias historias pero una de ellas cuenta que, durante la crisis económica del 30, el cine se transformó en el único medio de distracción para las personas que habían quedado sin trabajo. La miseria era tal que los espectadores llevaban comida desde sus casas. Como el maíz abunda en ese país, los pochoclos se convirtieron rápidamente en una opción económica y sabrosa para vender en las salas.  

Pero, en un principio, los dueños de los cines se negaban a vender pochoclos. ¿La razón? Sostenían que instalar los ventiladores para quitar el olor a maíz era un gasto extra. Entonces, vendían estos  snacks en puestos al aire libre. Pronto, se dieron cuenta de que el grano era muy económico y podían sacar una amplia diferencia. El olor ya no volvería a ser un problema. Hoy es imposible imaginarse un cine sin ese aroma.

Curiosidades de las palomitas de maíz

• Una taza tiene sólo 31 calorías sin el adicional del caramelo o la sal.
• La palabra popcorn fue incluida por primera vez en el Diccionario de americanismos en 1848.
• Durante la Gran Depresión, los dueños de los cines sacaban beneficios de hasta el 2,500% por sobre el valor del maíz.
• Para explotar, los pochoclos deben tener un 13,5% de humedad.
• En Estados Unidos, existe el Día Nacional del Pochoclo y se festeja a fines de enero. 

Sobre gustos no hay nada escrito

El pochoclo tienen distintos nombres según las regiones o países: palomitas de maíz, pop, popcorn, pororó, entre muchos otros. Pero además tiene diferente sabor. En Estados Unidos se come salado mientras que, en China, Europa y algunos países de Latinoamérica, lo preferimos dulce. 

Así fue como se volvieron el snack perfecto para acompañar las películas.

Es increible el  por qué comemos pochoclos en el cine. Yo no me lo imaginaba, ¿y vos? De todos modos, voy a seguir con esta tradición. ¡Me encantan!

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