En el mundo de las ideas lo que ahora es el centro alguna vez estuvo al margen. Las personas cambian de idea, por ejemplo, como cuando Galileo dijo que la tierra no era el centro del universo, quienes lo oyeron pensaron “de ninguna manera”. Luego todos cambiaron de opinión. No importa de qué campo del conocimiento humano se trate, arte o ciencia siempre vamos a encontrarnos con la misma dinámica. El arte de mezclar bebidas no es diferente. Me refiero al caso del Ruso Blanco.
Ruso Blanco: evolución de un cóctel

Por allá en 1930 más o menos, a algún ruso aficionado a la ginebra y cansado del Ruso Negro se le ocurrió mezclar dos partes iguales de ginebra con crema de cacao y, por si a alguien no le gustaba su invento, lo varió un poco: mezcló dos partes de vodka con crema de cacao; a la primera mezcla la llamó Ruso Blanco y, a la segunda, Barbara. Estas bebidas fueron vistas con escepticismo pues, para esa época, la única bebida con crema era para mujeres, el Pousse Café.
De aquellos tiempos hasta hoy han pasado infinidad de cosas, como que, por ejemplo, el Ruso Blanco ya no se hace con ginebra, sino con vodka y la crema de cacao fue sustituida por Khalúa. Y el nombre de Barbara se cambio por Oso Ruso. A finales de los años 50, aparecieron dos vodkas rusos con Khalúa sin crema y con crema y en los 60's regresó el Ruso Negro que se distinguía por no tener crema alguna en absoluto.
En cualquier caso, este cóctel con todas sus variaciones y evolución permanece presente en el gusto tanto de los bebedores regulares y en el de los bebedores ocasionales. Este trago dulce y de apariencia inofensiva, engaña a los novatos así que no tome a la ligera al Ruso Blanco. Aquí esta la receta de este cóctel:
Ingredientes:
* 1 1/2 onzas de vodka
* 3/4 de onza Kahlua
* 3/4 de onza de crema de leche
Instrucciones:
Agitar bien los tres ingrediente con hielo picado, cuele y sirva en un vaso frío de esos cortos de beber escocés.







