Imagínate que estás de visita en la casa de unos amigos y de pronto te invitan a probar una copita del licor Monacal, ¿en qué piensas? ¿Qué sensaciones y emociones te produce? A mí, personalmente me intriga; una mezcla de misterio y deseo de probar algo diferente se apodera de mí. ¿Sabes de qué se trata? Descubramos junto el enigmático secreto de los monjes.
Licor Monacal, el secreto de los monjes

Hay dos tipos de licor Monacal, uno es de sabor dulce y el otro es seco; el primero está basado en la original mezcla de 73 hierbas. La particularidad es que su elaboración se fundamenta en el equilibrio de todas ellas, ya que ninguna se añade en mayor proporción que la otra. Sin embargo, la versión del licor Monacal seco, está elaborada con algunas hierbas diferentes y otras se han reducido en proporción, para lograr un sabor distinto con un acabado más amargo.
La historia del licor Monacal

15 siglos fueron necesarios para perfeccionar la receta del licor hasta definirse tal y como se lo conoce en la actualidad. Los monjes Benedictinos de Victoria lo fabrican de forma artesanal con todo lo que ello implica; un halo de misticismo en el que la paciencia y la oración se entremezclan con la producción de ésta bebida espirituosa.
El Hermano licorero fue quien logró materializar la receta del licro Monacal que él mismo invitaba a degustar a sus huéspedes, con el fin de que expresaran su grado de satisfacción en cuanto al sabor del mismo.
El licor Monacal dulce comenzó a producirse en el año 1962 y el licor Monacal seco, se lanzó al mercado en 1984. Hoy en día, los monjes desean que las personas disfruten del licor, aprecien la tradición y los valores que fundamentan la vida cristiana.
¿Has tenido la oportunidad de probar el licor Monacal? ¿Conoces los mejores licores del mundo?




