Esta es mi carta abierta a las papas fritas

Hoy es el día en el que elijo expresar todo aquello que siempre he sentido hacia estos excelsos bastones dorados que alegran la mesa de tantas personas. 

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Comparto contigo, con ellas y con el universo entero mi carta abierta a las papas fritas...

Queridas papas fritas:

Cada vez que siento su delicioso aroma y veo su color amarillo dorado, no puedo menos que sentir un profundo amor hacia ustedes. Me han acompañado desde que tengo memoria en mis momentos más felices: junto a las milanesas, junto a una hamburguesa, junto a una sabrosa pieza de pollo al horno.

No importa las circunstancias en que nos encontremos: verlas en mi plato alegra mi día. Y su versatilidad no la he encontrado aún en ningún otro alimento. Puedo aderezarlas con una sencilla combinación de mayonesa y kétchup, salpicarlas con una delicada salsa de champiñones, o bañarlas en una cremosa salsa de cuatro quesos, y ustedes siempre se transforman en algo nuevo y especial en mi paladar, sin perder su identidad. Debo confesar que tampoco he encontrado un amante tan versátil como ustedes.

Y, a diferencia de los hombres, siempre están presentes y disponibles para mí. No importa si se trata de un pequeño bar escondido en un callejón, o del restaurante más lujoso de la ciudad: siempre están allí esperando que las escoja para acompañar mi velada.

>>¡Qué rico! Truco para hacer papas fritas crujientes sin freírlas

Por supuesto, también han sido mis fieles compañeras en mis horas más oscuras. Después de todo, cuando el mundo parce derrumbarse a nuestro alrededor, estando en la privacidad y seguridad del hogar, ¿quién no se ha desmoronado llorando ante un plato de papas fritas?

Han estado junto a mí y me han acompañado a lo largo de toda mi vida: en los almuerzos familiares cuando era pequeña, en las noches con amigas mirando películas hasta el amanecer, en citas a cenar con algún pretendiente, en las primeras cenas con mi marido, otra vez en comidas en familia cuando llegó mi primer hijo, y en las cenas solitarias después de que me separé. Casi podría decir que puedo contar mi historia a través de un plato de papas fritas.

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Y hoy son una de las comidas favoritas de mi hijo; gracias a ustedes hemos creado recuerdos inolvidables de cenas, películas, chistes y divertidos momentos madre-hijo que nunca voy a olvidar.

>>Son exquisitas: cómo hacer papas fritas al horno.

Sé que nuestra relación ha cambiado a lo largo de los años, pero eso no significa que las quiera menos. Las sigo amando como el primer día, pero mi médico dice que nuestro romance debe, aunque no terminar, sí entrar en una etapa más moderada.

Y aunque no podemos estar juntas y compartir tantas comidas como quisiera, aprovecho este espacio para decirles que las quiero, las extraño, y espero con ansias la próxima vez que podamos reunirnos, solas o junto a otros deliciosos alimentos con los que tan bien saben combinar, a disfrutar una vez más del placer de la buena mesa.

>>¡No lo sabía! Un estudio científico comprueba por qué las papas fritas son la comida preferida por casi todos los humanos.

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