Cómo servir vino blanco

Si vamos a servir un vino, ya sea en una reunión con varias personas o para beber personalmente, debemos tener en cuenta algunos aspectos para lograr la manera más adecuada de disfrutarlo y evitar que una actividad tan placentera se convierta en un desastre.

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Debemos tener en cuenta, por ejemplo, que el corcho no se rompa, que el vino no se derrame, que la temperatura del mismo sea la más conveniente, y que se sirva en una copa específica para éste, entre otras cosas. A continuación entonces, listamos algunos consejos para servir y beber el vino de la manera mas propicia y disfrutable; en particular, nos ocuparemos de cómo servir el vino blanco.

En primer lugar, se debe mantener la botella de vino blanco refrigerada antes de abrirla por un período de tiempo de al menos dos horas, y hasta un máximo de cuatro horas. (La temperatura adecuada para servir el vino blanco es de 12° C).

Luego, alrededor de veinte minutos antes de servirla se retira del refrigerador, se quita la lámina que se encuentra en el pico de la botella (es necesario retirar esta lámina de manera tal que al servirse el vino no tenga contacto con ella) y se sostiene la botella en un ángulo de 45 grados para abrirla. Si el vino es espumante habrá que quitar el alambre que tiene en el pico y girar el corcho lentamente con una mano mientras se sostiene la botella con la otra. Si no es espumante se usará un sacacorchos.

Despúes se sirve la copa, una copa no muy ancha, hasta la mitad, sosteniéndola por el pie para no brindarle a la bebida el calor de la mano, y se deja reposar la botella en una hielera tapándola nuevamente con el corcho. Es aconsejable beber la botella, para mayor disfrute, dentro de cuatro días después de abierta.

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