Supongamos algo. Una situación hipotética, pero que perfectamente a cualquiera le podría pasar. Y algo aún más importante: a ustedes les podría pasar.
Aperitivos, queso, cerezas y las visitas inesperadas

Incluso me atrevo a más. Le apuesto a cada uno de ustedes que alguna vez en sus vidas, ya les pasó. Quizás en su propia casa o en la de sus padres cuando aún pequeños. En si poco importa, lo relevante es que esto puede suceder.
Les voy a contar de qué estoy hablando, porque ya veo que empezaron a imaginarse cosas. Lo que quiero que nos imaginemos es la posible situación de que reciban en su casa la visita inesperada de amigos a familiares.
Algunas veces, estos amigos y familiares solo quieren contarnos algo e irse rápidamente. Pero otras, vienen con pretensiones varias, y nos miran con esa carita de “qué bueno estaría que me invitaras con algo de comer”.
En ese tipo de situaciones, esta bueno conocer trucos para zafar fácil. Si los sabemos, estas circunstancias nos parecerán sencillas y abordables. Pero en su desconocimiento, puede venirnos una ataque de nervios al descubrir que tenemos la alacena y la heladera tan vacía como el estomago de nuestros agasajados.
Por eso hoy quiero contarles una receta que mi madre suele preparar ante tales circunstancias. Se trata de algo extremadamente sencillo, pero delicioso. Al menos para aquellos que aman el sabor agridulce.
Y lo mejor, es que podemos estar siempre preparados. Compramos los ingredientes, los mantenemos en la heladera y ¡chan! Cuando caigan los intrusos los agasajamos con un detalle fino y sabroso.
Lo único que tienen que necesitan es: queso (preferentemente blando, como por ejemplo el queso cuartirolo), cerezas y palillos. Y después la cosa no se complica: cortan cuadraditos de queso del tamaño de un dedo, colocan una cereza encima y pinchan todo con un palillo. ¡Y guala! Tienen pronto un aperitivo sencillo y formidable.
Si quieren pueden agregarle sabores a su gusto. Algunos le añaden panceta (como en la foto) o hasta ananá. Ustedes hagan lo que quieran, según les dicte el paladar.






