¿No les pasa que a veces se acuerdan de las cosas más complejas y se olvidan de las cosas más sencillas? A mí a veces me pasa… y a mi novio también.
A puro pesto: pesto genovés

Por ejemplo, ayer mismo estábamos hablando de recetas y todas bastante elaboradas. Hablábamos de esto, de aquello, de ponerle más comino, menos sal, si tal vez salsa de soja, de cómo el limón afectaría la cocción, de los damascos frescos que había comprado yo en el súper, y de cómo podíamos usarlos para alguna receta.
La conversación fluía agradablemente, hasta que en determinado momento quedamos en blanco: ¿Cómo era que se hacía el pesto?... y no hablo de ese pesto rápido con no mucho más que albahaca machacada para salir del paso. Hablo de la receta original del pesto.
Pues bien, ambos dudábamos, ambos la habíamos olvidado. ¿Pero saben qué? Hoy mismo soluciono el problema. Así que aquí tienen: la receta original del pesto genovés.
Pero antes, para aquel que ignora qué es esto del pesto, le comento: el pesto es una salsa verde derivada de la llamada salsa provenzal. Una típica salsa de la cocina genovesa. Se trata de una salsa a base de aceite de oliva y ajo, popular por su agregado de albahaca machacada. Por supuesto, que existen varias variantes. Algunos le agregan piñones, nueces o pistachos partidos en pequeños trozos.
Ingredientes:
• Ingredientes (4 personas):
• 90 g de queso de oveja curado o queso parmesano.
• 2 dientes de ajo.
• 20 hojas de albahaca (las hojas de albahaca deben estar frescas).
• 12 piñones.
• 1 ramito de perejil (El perejil debe estar fresco).
• Aceite de oliva virgen.
• Sal.
Preparación:
• Paso 1: Machacar en un mortero el diente de ajo con los piñones, el perejil y la albahaca hasta alcanzar una pasta uniforme.
• Paso 2: Se añade el queso rallado, medio vaso de aceite de oliva y dos o tres cucharadas de agua de hervir la pasta previamente colada muy caliente. Se continua machacando y trabajando hasta obtener una pasta homogénea. Su consistencia debe ser media.







