El último ejemplar del imponente sedán insignia de la histórica marca inglesa salió el 31 de enero de 2017 de la moderna planta de Rolls-Royce de Goodwood en Inglaterra.
La fabricación del Phantom VII comenzó hace 13 años en 2003, y su mecánica no solo le dio vida al convertible Drophead Coupe y al Phantom Coupe sino que también le dio nuevo brio y respeto a la marca que para el momento se encontraba relegada al olvido.
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El Phantom VII fue la séptima generación del histórico sedán Phantom de Rolls Royce que debutó en 1925 como reemplazó del legendario Silver Ghost. Hasta la introducción del Phantom VII en 2003 Rolls-Royce había engavetado el nombre después de la descontinuación del Phantom VI producido entre 1968 y 1991.
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El coleccionista anónimo que encargó la última edición del imponente Rolls-Royce Phantom VII encargó que la cabina fuese decorada con elementos marítimos de inspiración en el art decó.
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El último Rolls-Royce Phantom VII cuenta con un hermoso reloj de bisel rotario para poder ver varios usos horarios.
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Otro ejemplo de la impresionante atención al detalle y de los temas marítimos y art decó que abundan en la cabina de esta espectacular limusina.
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El espectacular asiento trasero del último Rolls-Royce Phantom VII luce tan cómodo como opulento y excesivo. Rolls-Royce dice que la alfombra fue modelada para recordar la estela que deja un buque.
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El último Rolls-Royce Phantom VII está equipado con el enorme motor V12 de 6.75 litros que produce 453 caballos de fuerza y 521 lbs.-pie de torque que caracterizó a todos los ejemplares de la familia Phantom del siglo XXI.