Con la decisión de la ciudad de Nueva York de prohibir el uso de tabaco para masticar en los estadios deportivos, ya son cinco las grandes ciudades estadounidenses donde tal actividad se prohíbe, junto a San Francisco, Los Ángeles, Boston y Chicago. En 2017 el estado de California tendrá una medida similar y se espera que más temprano que tarde Washington DC y la canadiense Toronto se sumen a la corriente.
Masticar tabaco en el béisbol: un vicio dañino, cada vez más prohibido
A propósito de la reciente decisión de la ciudad de Nueva York de prohibir el uso de tabaco para masticar en los estadios deportivos, exploramos el nexo entre los jugadores de béisbol y este vicio asociado con el cáncer.

Masticar tabaco durante un juego será cada vez más difícil tanto para los jugadores como para el público, en un deporte cuya relación con el tabaco masticable es tan íntima que produjo memorables imágenes de parodia como ésta en la película The Naked Gun (1988, titulada en español ¿Dónde está el policía?):
Claro que la realidad del juego de béisbol nunca fue tan exagerada , pero lo cierto es que hoy por hoy se calcula que todavía uno de cada tres jugadores de las Grandes Ligas tiene el hábito de mascar tabaco, especialmente durante el juego.
Trágica historia
La relación entre el deporte y el tabaco de mascar se remonta a finales de 1800, cuando la industria tabacalera y el béisbol se beneficiaron mutuamente de la creciente afición por el pasatiempo y la puesta en práctica de nuevas formas de mercadeo de productos (como las todavía hoy populares tarjetas con la imagen de los jugadores).
Pero el lado oscuro de la simbiosis también estuvo siempre presente: el béisbol es un deporte cuyos juegos son extensos y en los que cada jugador tiene que pasar muchos momentos de espera para entrar en acción y a la vez estar listo para reaccionar de inmediato con rapidez cuando así se requiera. Un estimulante de larga duración y que pudiera surtir efecto con un par de masticadas era ideal para los peloteros. El problema es que el tabaco es un producto altamente adictivo y que trae importantes secuelas para la salud.

Según datos que proporciona la organización Tobacco Free Baseball (Béisbol libre de tabaco) en su página web, el tabaco de mascar posee al menos 28 químicos causantes de cáncer y provoca cáncer de boca, páncreas y esófago, así como otros problemas de salud tales como lesiones en la boca y decaimiento dental.
Desde el principio hubo quienes se opusieron a esa relación tabaco-béisbol, como la superestrella de los primeros años del siglo XX, Honus Wagner, cuyas baratijas se cotizan en cientos de miles de dólares debido a que existen muy pocas en buen estado, luego de que el jugador se negara a que su imagen fuera utilizada para promocionar un hábito que detestaba. Pero fueron más los que adoptaron el hábito.
El mítico Babe Ruth murió de cáncer de garganta, así como Curt Flood, un jugador no solo estrella sino símbolo de las luchas por lograr un mejor estatus para el pelotero en su relación laboral con los dueños de equipo. Tan recientemente como en 2014, uno de los peloteros más queridos y admirados de finales del siglo XX y comienzos del XXI, Tony Gwynn , murió de cáncer de las glándulas salivales. Gwynn declaró en 2010 que sospechaba que el uso de tabaco de mascar durante toda su carrera fue lo que le produjo la enfermedad.

Si bien el tipo de cáncer que sufrió Gwynn no está asociado al uso del tabaco, sus declaraciones se han vuelto bandera de la lucha contra ese hábito en el béisbol. Otros exjugadores como Bret Butler y Curt Schilling han revelado que sufren de cáncer probablemente relacionado con el hábito de mascar tabaco. Schilling afirmó en 2014 que él creía sin ninguna duda que masticar tabaco fue lo que le produjo el cáncer en la boca que padece.
Masticar tabaco está prohibido en las ligas menores desde 1993, pero en las Grandes Ligas su uso es parte del contrato colectivo. Con tan larga historia y tantos "usuarios" es natural que sean los mismos peloteros quienes encabecen la oposición a cualquier regulación y prohibición del uso de tabaco masticable. En el mismo año de la muerte de Gwynn, la Asociación de Peloteros de las Grandes Ligas logró poner fin a un intento de las mayores de prohibir el uso del producto.

El argumento esgrimido siempre es que se trata de adultos y como tales pueden tomar decisiones sobre qué consumir. Y en el caso del tabaco masticable no hay daño a terceros (aunque los escupitajos negros sean tan desagradables de presenciar) como con el humo de segunda mano, razón importante del éxito de las legislaciones mundiales anticigarrillo. Por eso, también era natural que la legislación anti tabaco masticable viniera de fuera del béisbol.
Las ciudades toman la iniciativa
"Es muy importante para la salud de nuestros jugadores y para la ciudad como un todo", declaró el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, respecto a la medida que acaba de aprobar. Así mismo, expresó que los jóvenes ven a los jugadores de béisbol como ejemplo. Tobacco Free Baseball indica que el uso de tabaco de mascar entre menores se mantiene estable desde 1999 y alcanzó en 2013 al 8.8% de todos los estudiantes de secundaria.

Con el doble incentivo de cuidar la salud en general y de proteger a los niños de ejemplos inadecuados de conducta, legislaciones locales en Estados Unidos han encabezado la lucha contra el uso del tabaco de mascar en el deporte, y en especial en el béisbol. En mayo de 2015, el alcalde de San Francisco, Ed Lee, firmó la primera ley que prohibió el uso de tabaco masticable en instalaciones deportivas, legislación que incluye la casa de los Gigantes de San Francisco. Le siguió la ciudad de Boston, que en septiembre de ese mismo año hizo lo propio, afectando al estadio más antiguo de las Grandes Ligas, el Fenway Park, sede de los Medias Rojas de Boston.
En octubre de 2015, el estado de California firmó una ley que entrará en vigencia en 2017 y que afectará a los otros cuatro equipos del estado (Los Dodgers de Los Ángeles, los Padres de San Diego, los Angelinos de Los Ángeles Anaheim y los Atléticos de Oakland), pero la ciudad de Los Ángeles no esperó a que la regulación estatal entrara en rigor y firmó en enero de 2016 su propia legislación afectando al Dodgers Stadium. En marzo de 2016, Chicago se unió al grupo y con ello dos equipos más verán sus instalaciones reguladas sobre el tema: los Cachorros y los Medias Blancas. Ahora, en abril, llegó el turno a otros dos equipos, ya que la ciudad de Nueva York alberga a los Yankees y a los Mets. Así, ya van por siete los estadios de las Grandes Ligas en que no se puede masticar tabaco y en 2017 serán 10, si de aquí a allá no se suma ninguna otra ciudad.
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Los jugadores que violen estas normas enfrentarán no solo las multas que imponga cada ciudad, sino también castigos disciplinarios del propio béisbol organizado. Las Grandes Ligas hizo circular avisos de las regulaciones durante los entrenamientos primaverales para informar a todo el personal de los equipos de la nueva situación que comenzó a regir en esta temporada 2016, recién iniciada en los primeros días de abril. Pero no serán pocos los que prefieran pagar multas y castigos ni los que se vean obligados a lidiar con ello, porque después de todo, como le dijo a ESPN el venezolano de los Cachorros de Chicago y consumidor de tabaco de masticar, Miguel Montero, se trata de una adicción, aunque Montero espera que la medida le ayude a abandonar el hábito.



