Después de ofender a todos los mexicanos durante la campaña, el presidente electo, Donald Trump, empezó a recomponer sus relaciones al menos con uno de ellos. Su rival, y una de las personas más ricas del mundo, el empresario Carlos Slim, con el que cenó junto a otros hombres de negocios, según reseña el diario The Washington Post.
Donald Trump y Carlos Slim liman sus asperezas con una cena
El presidente electo catalogó el encuentro como "una agradable cena" con un "hombre maravilloso", según reporta el diario The Washington Post. El encuentro fue analizado como una vuelta a la paz entre los adversarios a días de que el republicano tome el poder.


El encuentro ocurrió el sábado en el resort del magnate en Florida, el Mar-a-Lago, el mismo donde Trump se casó en 2005 con su actual esposa Melania, donde pronunció distintos discursos durante la recién terminada campaña presidencial que lo dio ganador y el mismo que estuvo en el centro del debate por ser –entre sus negocios– el que solicita mayor cantidad de visas de trabajo para extranjeros.
Como "una agradable cena con un hombre maravilloso". Así describió el presidente electo el encuentro en un comunicado que envió al Post. Y de acuerdo con personas que estuvieron en la reunión, la velada fue vista como un gesto de paz entre los adversarios para restablecer la línea de comunicación que se rompió durante la campaña presidencial por los dimes y diretes que intercambiaron los magnates.
Así, por ejemplo, en octubre pasado Trump metió a Slim en la misma pelea que cazó con el diario The New York Times –del que el mexicano es accionista–, acusándolo por igual de conspirar junto a la campaña de su oponente demócrata, Hillary Clinton, para hundir su candidatura. La denuncia ocurrió justo cuando el magnate se levantaba del golpe que generaron las denuncias de una decena de mujeres que le acusaban de haberlas acosado.
En un mitin en Carolina del Norte, el republicano arremetió contra el empresario mexicano al asegurar que "el mayor propietario de The New York Times es Carlos Slim quien, como saben, es de México", enfatizando en su nacionalidad. Y en ese evento, el magnate presidente revivió frases con las que anunció su precandidatura en junio, asegurando que la mayoría de los mexicanos son "violadores", que "traen crimen y drogas" a Estados Unidos e insistió en el muro fronterizo para separar a los países y limitar la migración. Fue esa misma postura la que hizo que Slim rompiera relaciones con Trump en junio y que uno de sus voceros confirmara la cancelación de un proyecto televisivo que desarrollarían en conjunto.
"El señor Trump no ha demostrado comprensión ni respeto hacia los migrantes mexicanos y ha ofendido a toda la población mexicana", se leyó en el comunicado del canal de televisión Televisa.
Más adelante, bajo el calor de la campaña, Trump embistió de nuevo sus ataques contra el multimillonario de las comunicaciones al criticar sus donaciones de entre 250,000 y 500,000 dólares a la Fundación Clinton desde 1996 y su apoyo a la campaña de la candidata demócrata.
Pero a pesar de todo, Slim, cuya fortuna calculada en 48,100 millones de dólares resultó golpeada antes de conocerse la victoria del republicano, ya suavizó su postura. "Estaría más preocupado (por Trump) si yo fuera estadounidense", dijo a la agencia económica Bloomberg a inicios de diciembre.
Incluso el tono del multimillonario mexicano ha llegado a reflejar cierto optimismo hacia la presidencia de su rival. En un foro de negocios, citado por el Post, dijo: "Si Trump puede ayudar al crecimiento de la economía y el empleo en Estados Unidos, eso va a ser fantástico para México". Luego, agregó: "Si la economía estadounidense crece 4%, aumenta la infraestructura y baja los impuestos, será bueno".
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