En su primera aparición en la corte, Esteban Santiago escuchó de una jueza que afronta la pena de muerte si es hallado culpable de los cargos que fueron presentados por la fiscalía por la matanza de cinco personas en el aeropuerto de Fort Lauderdale.
Aparece por primera vez ante un juez el presunto autor del tiroteo en el aeropuerto de Fort Lauderdale
Esteban Santiago, imputado con cargos federales por haber matado el viernes pasado a cinco personas en el aeropuerto del sur de Florida, permanecerá tras las rejas sin derecho a fianza.

"La pena máxima, si eres hallado culpable, es la muerte", dijo la magistrada Alicia Valle al veterano de la guerra de Irak de 26 años que el pasado viernes abrió fuego contra los viajeros que, junto a él, acababan de aterrizar en la termina 2 del aeropuerto.
Esposado, vistiendo una camisa roja y mirando casi todo el tiempo hacia abajo, Santiago afirmó que entendía la gravedad de los cargos que enfrenta, reportó el diario Sun-Sentinel. Durante la audiencia, aseguró que había dejado en noviembre su trabajo como guardia de seguridad en Anchorage, Alaska, donde residía desde hace un par de años. Agregó que no posee ningún activo y que tiene de 5 a 10 dólares en su cuenta bancaria.
El asistente de la fiscalía federal Ricardo Del Toro pidió que el hombre, nacido en New Jersey pero criado desde pequeño en Puerto Rico, permanezca en prisión sin derecho a fianza. La audiencia para ver ese tema fue programada para el 17 de enero, mientras que otra en la que deberá responder a los cargos presentados fue pautada para el 23 de enero.
Asimismo, le fue asignado un abogado público, Robert Berube, para que lo represente en el proceso judicial.
Hasta el momento se sabe que Santiago viajó expresamente desde Anchorage hasta Fort Lauderdale para perpetrar el tiroteo en el aeropuerto, uno de los que más viajeros recibe en Estados Unidos, con una pistola semiautomática 9 milímetros y dos cartuchos con municiones como único equipaje.
Sin embargo se desconoce por qué disparó indiscriminadamente en el área de recogido de equipaje.
Un video revelado este fin de semana muestra a Santiago caminando cerca de los carruseles, sacando el arma de su pantalón y comezando a disparar contra quienes caminaban a su lado. Las víctimas no han sido identificadas oficialmente, pero familiares ya han dado dado a conocer quienes son cuatro de los cinco fallecidos. Los cuatro habían volado a Fort Lauderdale para tomar un crucero.
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Meses antes del ataque, Santiago había visitado una oficina del FBI en Anchorage diciendo que escuchaba voces y que la CIA y el FBI estaban controlandando su mente y alentándolo a unirse al grupo extremista Estado Islámico. Ese 7 de noviembre arribó al lugar agitado y con un comportamiento errático. También llevaba consigo un cartucho y había dejado su pistola y a su hijo recién nacido en el auto.
En ese momento, la policía lo llevó a una clínica de salud mental y le retiró su arma, pero la pistola le fue devuelta al mes siguiente porque él no había sido declarado como un enfermo mental.
Su familia en el pueblo de Peñuelas, Puerto Rico, asegura que él llegó cambiado de Irak, donde combatió con las fuerzas estadounidenses por 10 meses. Y su hermano, Bryan Santiago, responsabilizó a las autoridades y cuestionó el hecho de que fue dejado por unos cuantos días en el hospital psiquiátrico.








