El pueblo de los 200 sismos que convive con la falla de San Andrés

Bombay Beach es un pueblo de extremos que empieza donde termina la falla más temida de California, junto a un lago muerto y bajo el calor sofocante del desierto.

Kyle Richards dice que escuchó explosiones y más tarde sintió los sismos en Bombay Beach, California.
Kyle Richards dice que escuchó explosiones y más tarde sintió los sismos en Bombay Beach, California.
Imagen Isaias Alvarado

BOMBAY BEACH, California.- Lo único que tiene Bombay Beach de paradisiaco es su nombre, el que recuerda que otro tiempo pasado fue mejor. Hoy, esta pequeña población del sur de California sobrevive, inexplicablemente, a los pies de la temida falla de San Andrés, entre edificios fantasma y un inmenso lago muerto, como si estuviera esperando a que el anunciado 'Big One' o 'gran terremoto' de California termine con todo de una vez.

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Sus pocos habitantes, menos de 300 según el censo, están acostumbrados a las situaciones extremas. Desde mediados de mayo y hasta finales de septiembre, las temperaturas diurnas se mueven por encima de los 100 grados Fahrenheit (37C). Es un área desértica. Muchas de las casas son móviles y apenas hay servicios públicos.

El lago, llamado Salton Sea, ni siquiera sirve para refrescarles del calor. Es un inmenso cementerio de peces, maloliente, lleno de moscas.

A pesar del descorazonador panorama, los residentes reciben amistosamente al visitante. Esta semana, Bombay Beach fue noticia por los cerca de 200 temblores que sacaron de su rutina a los vecinos.

"Imaginé que venía el ‘Big One’ y que no tenemos nada planeado”, dijo Krystal Worden a Univision Noticias. La mujer mostraba preocupada la pantalla de su celular donde seguía la última información sobre los sismos: 80 en las últimas horas.

No hubo daños en su vivienda, localizada en la entrada principal del pueblo, pero Worden aseguró que hubo algunos temblores que le hicieron entrar en pánico.

“El más grande fue a las 19:31 del lunes. Fue muy fuerte. ¡Vaya que me espanté! Hubo como ocho en el lapso de una hora”, comentó.

El epicentro de esa serie de sacudidas se situó en el Salton Sea, a poco más de 3 millas de Bombay Beach (6 kilómetros), en una zona sísmica conocida como Brawley que en 2001 y en 2009 generó unos episodios similares.

Sacudidas en medio de la nada

Bombay Beach se encuentra en el condado Imperial, a 152 millas al sureste de Los Ángeles. Solo la carretera 111 que bordea el lago conduce hasta allí. Vivir lejos de rascacielos, puentes y toda estructura de gran tamaño, da cierta tranquilidad a los residentes. En caso de un terremoto, no piensan que nada se les pueda caer encima. Solo hay una torre metálica, parte de la solitaria estación de bomberos, destaca en el horizonte.

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Al entrar a la única tienda de abarrotes de la comunidad, cuyo interior gélido contrasta con el calor en el exterior, Jean, la dependienta, suelta una carcajada al hablar de los recientes temblores. Solo tumbaron unas cajas con alimento para perro y otros productos, dice.

“No es la primera vez que eso pasa, es que las placas se acomodaron en el mar (Salton Sea)”, explicó la mujer con tono de experta. “Estamos en California, tenemos sismos todo el tiempo”, expresó con resignación la vendedora.

Durmiendo con el enemigo

Otra de las peculiaridades de Bombay Beach es que junto a sus calles nace la peligrosa falle de San Andrés, la más temida de todas las que cruzan California y a la que apuntan todos los sismólogos que vaticinan la inminencia del 'Big One', un terremoto de magnitud superior a 7 que dejará miles de muertos en este estado. La comunidad científica no tiene dudas al respecto. Ocurrirá, lo que no se sabe es cuándo.

Uno de los pocos latinos del lugar, Carlos Pérez, recordó una de las secuencias sísmicas que también puso a temblar el pueblo. La más reciente, reconoce él, lo hizo brincar del sofá.

“Como dos veces pegó bien duro. Al principio no me espanté, pero cuando vi que se tardó, quizás como un minuto, entonces sí me asusté”, explicó el hispano, quien contabilizó hasta 40 temblores el lunes.

Al otro lado de la comunidad, Kyle Richards se levanta el sombrero y observa hacia las montañas frente a su vivienda para contar que escuchó una explosión fuerte que venía de allá y segundos más tarde sintió el primer movimiento bajo sus pies. Luego vinieron más tronidos y más sacudidas, según él.

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“Pensé que un avión había arrojado una bomba y luego otra”, relató apoyado de la reja de su patio delantero, sin un rastro de zacate, como el de casi todos sus vecinos. “Hubo temblores muy fuertes, pero he vivido toda mi vida en el sur de California y estoy acostumbrado”, continuó.

"¡Es el fin del mundo!"

Bombay Beach fue parte de un paraíso vacacional artificial que cobró vida en la década de 1960. Hasta allí se acercaban artistas como Frank Sinatra y otras personalidades de la época en busca de asueto en el lago más grande de California. Este oasis se formó entre 1905 y 1907 como consecuencia de un trasvase hidráulico que salió mal. Muy mal. Al anegarse el lugar, la zona pasó de no tener agua a ver navegar yates. Proliferaron negocios, clubes de ocios, hoteles, pero todo se hundió cuando la salinización hizo el agua irrespirable, incluso para los peces, cuyos restos se acumulan en las orillas.

Más del 60% de las viviendas están abandonadas. Algunos de sus rincones parecen sacados de una película apocalíptica.

Este martes, en el único bar del pueblo, cuyo vetusto cartel invita a practicar esquí acuático, aparecieron 25 actores caracterizados como zombies. Hay un rodaje cerca que a buen seguro dejará algunos dólares en esta comunidad cuyo ingreso medio es de 15,000 dólares anuales, cuatro veces menos que la media estatal.

Así, disfrazados de seres putrefactos, desayunaron y comieron. Una jornada intensa de trabajo para la mesera, Cameron Leslie, que no dudó en tomarse con humor la visita de los 'muertos vivientes'

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“Lo sabía, temblores y zombies ¡Es el fin del mundo!”, declaró.


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