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2/17Ivanka Trump, de 35 años, ha mantenido un nivel de autoridad en los negocios familiares que su padre no le ha otorgado a ninguna de sus esposas o de sus otros hijos. "Creo que su padre de verdad la escucha, y cuando digo que lo hace, quiero decir que su padre la respeta mucho y no solo porque sea su hija",
ha dicho a los medios Carl Icahn un amigo cercano de la familia Trump.
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3/17Su papel durante la campaña presidencial fue fundamental.
Su padre no hizo sino meterla en aprietos con todas sus declaraciones sobre las mujeres, y aunque muchas le reprocharon su mutismo y
la alentaron a no borrar todo su legado como empresaria involucrándose en la difícil campaña, ella se mantuvo firme al lado de él con el argumento de que los medios "desconocían el verdadero Trump".
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8/17Además de los negocios, Ivanka se ocupa de criar a tres hijos: Arabella Rose, de cinco años, Joseph Frederick Kushner, de tres, y el bebé Theodore James.
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11/17Mucho se ha vaticinado en los medios el papel de Primera Dama que ocupará Ivanka, en lugar de Melania que parece una mujer de más bajo perfil político.
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14/17Con palabras pausadas, sin mostrar una especial elocuencia, le dijo al electorado: “Mi padre es un hombre que ha gastado su vida haciendo lo que todos le dijeron que era imposible. Para él, imposible es solo un punto de partida. Tenemos que elegir a un hombre que tiene el mérito de conseguir lo imposible”.
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Ivanka Trump, la verdadera mujer detrás del poder de Donald Trump
Ha ostentado un protagonismo dentro de la organización familiar que nadie más ha tenido. Los amigos cercanos hablan del respeto profundo que siente el electo presidente por sus ideas y los expertos vaticinan que será ella y no Melania la que hará labores de primera dama. Su traje verde hizo que hoy sobresaliera entre toda la comitiva presidencial.

Mucho se ha rumorado sobre el papel decisivo que tendrá Ivanka Trump, por encima incluso de la funciones de primera dama que pueda asumir Melania, en el gobierno de Donald Trump. En materia de estilo, sus primeras apariciones en los actos protocolarios de posesión del entrante presidente parecen esclarecer las sospechas. Por encima de una elegante y parca Melania ataviada con una larga gabardina de doble abotonadura, Ivanka eligió un traje de dos piezas en color verde que la hizo resaltar entre toda la comitiva presidencial.
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Ivanka Trump, de 35 años, ha mantenido un nivel de autoridad en los negocios familiares que su padre no le ha otorgado a ninguna de sus esposas o de sus otros hijos. "Creo que su padre de verdad la escucha, y cuando digo que lo hace, quiero decir que su padre la respeta mucho y no solo porque sea su hija",
ha dicho a los medios Carl Icahn un amigo cercano de la familia Trump.
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Su papel durante la campaña presidencial fue fundamental.
Su padre no hizo sino meterla en aprietos con todas sus declaraciones sobre las mujeres, y aunque muchas le reprocharon su mutismo y
la alentaron a no borrar todo su legado como empresaria involucrándose en la difícil campaña, ella se mantuvo firme al lado de él con el argumento de que los medios "desconocían el verdadero Trump".
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Ivanka es bilingüe (habla francés, no español, por supuesto) y creció rodeada de prensa y escrutinios públicos, pues con solo 10 años tuvo que sobrellevar el divorcio de sus padres, Ivana y Donald Trump, que inundó escandalosamente los periódicos.
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Estudio con la élite neoyorquina en el Chaplin School, y luego en Choate Rosemary Hall, en Connecticut, lo que la hizo coquetear desde su juventud con las altas esferas de poder.
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A pesar de que su padre la puso como condición ser la mejor de la clase para poder cumplir su capricho, la rubia hizo todo para ser modelo durante unos años. A los 15 años apareció en la portada de 'Seventeen' y desfiló para Versace y Thierry Mugler. Ella renunciaría luego a toda ambición en este campo con esta frase: "Las modelos son las chicas más malas y difíciles del mundo".
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Aunque fue criada como presbiteriana, se convirtió al judaísmo en 2009 para casarse con su esposo Jared Kushner. Su padre se valió de esto para mandar un mensaje "de simpatía" a la comunidad judía, como lo hizo en el debate republicano de marzo en el que recalcó la conversión de su hija y la religión de su yerno como una señal de su "tremendo amor por Israel".
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Además de los negocios, Ivanka se ocupa de criar a tres hijos: Arabella Rose, de cinco años, Joseph Frederick Kushner, de tres, y el bebé Theodore James.
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De hecho, a pesar de estar embarazada, Ivanka Trump abrazó la causa de su padre como propia y viajó con él por diferentes estados y condados siempre mostrándose como el ala más moderada de sus ideas. Ivanka insistió siempre en sus intereses por trabajar por el "pago igualitario y el cuidado infantil", causas que ha confesado seguirá persiguiendo en esta nueva faceta.
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"Las políticas que le permitan a las mujeres con hijos prosperar no debería ser una novedad sino la norma", ha confesado Ivanka Trump que incluso en su propio sitio web lanzó el hashtag #Womenwhowork para inspirar y dar directrices a las mujeres trabajadoras. ¿Una manera efectiva de vender su ropa? Nadie está muy seguro, pero sí se levantaron muchas dudas una vez la empresaria mantuvo una actitud complaciente frente a las ideas machistas de su padre.
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Mucho se ha vaticinado en los medios el papel de Primera Dama que ocupará Ivanka, en lugar de Melania que parece una mujer de más bajo perfil político.
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Sin embargo, Ivanka Trump ha dicho que durante este gobierno, ella no será más que "una hija" para dejar claro que no ocupará ningún cargo oficial en el gabinete de su padre. A pesar de esto, ya hace parte del comité de transición y será sin duda una de las voces más cercanas al presidente.
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Fue justamente a la hija del presidente (y no a su mujer como suele suceder) a la que le fue comisionada la labor de presentarlo en la Convención Republicana.
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Con palabras pausadas, sin mostrar una especial elocuencia, le dijo al electorado: “Mi padre es un hombre que ha gastado su vida haciendo lo que todos le dijeron que era imposible. Para él, imposible es solo un punto de partida. Tenemos que elegir a un hombre que tiene el mérito de conseguir lo imposible”.
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A pesar de la animadversión que se sintió durante la campaña entre los Trump y los Clinton, Ivanka tiene una amistad de años con Chelsea Clinton. A pesar de que durante el periodo electoral las dos hijas de los candidatos decidieron congelar su amistad, Chelsea dejó claro en los medios: "Nuestra amistad viene antes de estas elecciones y y seguirá más allá de las elecciones".
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Además de llevar los negocios de su padre, Ivanka tiene su propia marca (homónima) de ropa, zapatos y joyería que vende online. Sin embargo, la marca se ha visto varias veces envuelta en acusaciones de plagios por parte de reputados diseñadores que incluso han logrado que la firma retire modelos idénticos a los suyos del catálogo.
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