Moda
Sí, Hillary Clinton también ha usado vestidos (14 de sus looks más arriesgados)
Aunque ahora nos parezca extraño ha habido momentos en los que la candidata demócrata ha hecho apuestas tan desafiantes como la que hizo en la reciente cena de la Iglesia católica en Nueva York a la que asistió con un vestido fucsia de Ralph Lauren.

Cómo no empezar este listado con ese recordado vestido de seda y pedrería morada tan característico de la década de los 90, diseñado por Sarah Phillips, que usó Hillary Clinton en 1993 en el baile inaugural del recién elegido presidente, Bill Clinton.
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Ese vestido de intenso morado trascendió a la historia una vez que la entonces primera dama lo donó a la First Lady Collection, del Museo Smithsonian. En ese evento, en 1995, sorprendió con un sastre rojo de abotonadura y de largo Chanel (a media rodilla) que combinó perfecto con su lipstick.
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Ahora que los menesteres de la política y su carrera para ser presidente la tienen más ocupada de los asunto de estado que de los de su estilo, cuesta recordar esos toques ultra femeninos y hasta arriesgados que escogía Hillary en su rol como primera dama. Aquí con un vestido de trasparencia y escote tipo corazón que usó para la cena con el presidente francés, Jacques Chirac, en la Casa Blanca, en 1996.
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Amante de los pantalones desde que empezó su exposición pública en la política, Hillary siempre fue muy estratégica en elegir muy bien esas ocasiones en que se demandaba de ella ser muy tradicional y femenina. Aquí en 1996, acompañando a su esposo en la nueva campaña presidencial usando un estratégico sastre de falda color rosa.
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Otro de los momentos emblemáticos de Hillary Clinton fue en 1997, en el segundo baile al que asistía para la posesión de su esposo como presidente de los Estados Unidos. Diseñado por Oscar de la Renta, el vestido tenía una capa dorada de seda que invocaba los aires de Jackie Kennedy, aunque la crítica no la celebró. Sin la capa, el vestido de encaje y manga larga lucía mucho más refinado y cómodo.
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Sin tener un estilo muy definido que la hiciera memorable es sus apuestas de moda, Hillary Clinton en su faceta de primera dama siempre eligió tonos pasteles y siluetas clásicas. Sus mayores riesgos siempre los tomaba en el terreno de los hombros. Aquí con un vestido off-shoulder que usó en 1997 para recibir al entonces presidente chino, Jiang Zemin en la Casa Blanca.
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Este es quizás uno de esos momentos que todos recuerdan de Hillary. Lejos de su zona de confort, la entonces primera dama apostó por un kaftan rico en bordados en rojo y dorado con el que visitó al Rey Hassan II, en Marruecos. La política exterior, también se jugaba en la escogencia de sus vestidos. Este era claramente un guiño de amistad entre países.
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Esta gabardina tradicional blanca de corte en la cintura fue la que eligió para aparecer en el programa 'David Letterman Show', en 2003.
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La sobriedad estilística de Hillary Clinton ha sido su sello y quizás una de sus más poderosas armas. Desde que en 1993 usó un vestido negro de Donna Karan que descubría sus hombros y que le valió una tremenda polémica por enseñar tanta piel, su traje tradicional ha sido un sastre. Para las galas, también tiene una fórmula fija: una bata larga. En esta cena de beneficencia en 2003, se arriesgó a llevar una con escote y boleros azules.
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Este es un vestido que la llenó de vida e invocó modelos de trajes pasados que llevó con gracia en su juventud. La transparencia y el escote le dieron algo de desparpajo a la pesada falda de campanas, en esta gala literaria, en 2004.
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Como senadora, Hillary tuvo dos grandes compañeros en toda gala a la que asistió: un collar de perlas y una falda larga hasta el suelo. En esta ocasión se arriesgó a usar una de sus amadas chaquetas también en la noche y así fue como asistió a la gala organizada por el American Museum of Natural History, en noviembre de 2004.
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Comprometida como siempre ha sido por empoderar a las mujeres, la senadora Hillary Clinton asistió a los premios Mujeres del año 2008 de la revista Glamour, vestida con un traje que es quizás uno de los que mejor se ha ajustado a su silueta en sus últimas tiempos: un 'wrap dress' berenjena con el que se retrató al lado de la actriz, America Ferrara.
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Este viaje estilístico por los riesgos más emblemáticos que ha tomado respecto a la moda la candidata presidencial, tenía que incluir el vestido fucsia en degradé que le diseñó Oscar de la Renta para asistir a la boda de su hija, Chelsea Clinton. El vestido, de corte princesa casi amenaza con robarle el protagonismo al de la novia creado por Vera Wang. Quizás algunos concluyan que lo mejor es que apueste siempre por sastre pantalón.
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