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Diario de estilo de Michelle Obama (en 8 años de fashionismo en la Casa Blanca)
Después de dos periodos presidenciales, la actual Primera Dama se corona como una de las mujeres mejor vestidas de la historia del poder en EEUU.

La irrupción de Michelle Obama en el mundo de la moda se inició justo ese 20 de enero de 2009, el día en el que su esposo tomó posesión de su cargo. Con un vestido de encaje amarillo diseñado por la creadora cubana Isabel Toledo, la Primera Dama dejó claro que su política iba a estar apegada a los asuntos del vestido.
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Para el tradicional baile de celebración después de la posesión presidencial, la alta y espigada Primera Dama irrumpió con un vestido de un diseñador americano, desconocido para entonces, Jason Wu, evidenciando una de sus grandes apuestas: promover la industria de la moda de su país y ser su gran embajadora en el mundo. El vestido de chiffón blanco de un solo hombro tenía también la intención de invocar nuevos comienzos.
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Los estadounidenses no habían terminado de recuperarse del impacto estilístico que provocó toda la gala de posesión presidencial, cuando la belleza y la escogencia estratégica de los vestidos de Michelle Obama empezaron a tener ecos internacionales. Inolvidable fue su vestido de seda amarillo quemado, diseñado por Rodarte, que usó el 1 de octubre en la Copenhagen Opera House en donde se votaría la sede de los Juegos Olímpicos de 2016.
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Para su primera aparición en el emblemático discurso del Estado de la Unión (SOTU), en 2010, Michelle se mostró cauta y conservadora con su vestido borgoña diseñado por Isaac Mizrahi e hizo alarde de una de las tendencias que, al principio, definiría su clóset: los colores en bloque y las perlas.
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Uno de los momentos más esperados en el guardarropa de una Primera Dama de EEUU es su primera Cena de Estado y en mayo de 2010 Michelle Obama decidió hacer una verdadera declaración. Lejos de lo esperado, alardeó de sus torneados brazos con un vestido de un solo hombro en chiffón azul drapeado de Peter Soronen. No era difícil intuir desde esos primeros días que quería hacer de su vestir una manera de inspirar a todas las mujeres estadounidenses.
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Lejos de las galas, el estilo cotidiano de Michelle Obama fue cercano y fácil de replicar: era el armario de una mujer real que simplemente tenía un cierto talento combinando los colores. Así lo demostró con su juego azul, amarillo y verde en evento organizado por Newsweek Magazine en 2010. Ese cardigan amarillo de J.Crew se agotó en segundos y entonces el mundo de la moda se dio cuenta de que la Primera Dama se volvería su más apetecida modelo.
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En 2011, cuando los jefes de Estado más importantes del mundo empezaron a visitar la Casa Blanca, Michelle Obama se encargó de homenajear a sus invitados usando lo mejor de la moda local. Para esta cena de con la canciller alemana Angela Merkel, la Primera Dama eligió un vestido crema diseñado por el indio-americano, Naeem Khan, uno de sus más fieles cómplices de armario.
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La ropa tiene un valor político, eso lo han sabido los representantes de gobierno desde tiempos inmemoriables, por eso, no es extraño que los vestidos que Michelle Obama elegía para sus cenas de Estado celebraran con uno u otro elemento los rasgos de la cultura que la visitaba. Para la emblemática cena con el presidente chino Jintao, Michelle eligió un estratégico vestido rojo encendido creado por Alexander McQueen.
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Michelle Obama será recordada en la Casa Blanca por ser una de las primeras damas que más desenfadada se mostró con los códigos protocolarios. Michelle trajo una cierta modernidad y frescura a cada uno de los eventos de Estado a los que asistió, como lo demostró con el vestido de seda, en tono berenjena de la casa Halston, en la Cena de los Corresponsales de 2011.
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Para asistir al Palacio de Buckingham, qué mejor que retomar esos vibrantes colores a los que la Reina Isabel nos tiene acostumbrados y elegir un vestido de corte 'lady like' en tono azul aguamarina y rosado diseñado por Barbara Tfank.
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En la Convención Demócrata celebrada en Carolina del Norte en 2012, Michelle Obama hizo su aparición en un vestido de fina seda bordada, creado por Tracy Reese, con el que fue difícil que su porte, su seguridad y belleza pasaran desapercibidas.
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En sus días de campo, cuando los Obama salían a alguna de las residencias de la Casa Blanca, Michelle Obama supo mostrar comodidad y estilo e hizo de los zapatos planos (flats) los mejores aliados de un vestido primaveral. Los estampados en su armario empezaron a ser más ricos y arriesgados.
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Michelle Obama fue invitada a participar en la ceremonia de los Bet Honors ese 2012 y lo hizo casi con las soltura y elegancia que lo habría hecho una diva de Hollywood, eligiendo un vestido rojo oscuro de un hombro (sin duda uno de sus cortes favoritos) de J. Mendel.
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El juego con los patrones y con los colores inesperados entre sus vestidos y sus zapatos fue una apuesta clara que se apoderaría de su armario todo el 2012, anticipando una tendencia aún vigente: el 'mix and match'. Su vestido verde y azul de Barbara Tfank que llevó con pump lilas para la cena de estado especial para niños ese agosto marcó un hito en su armario.
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Uno de los vestidos de Michelle Obama que, sin duda, es digno de ser exhibido en cualquier museo es el traje plata de referencias 'art deco' creado por Naeem Khan para su aparición en video en los Premios Oscar para anunciar a 'Argo' como la Mejor Película del 2013.
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Las escaleras de los aviones se fueron convirtiendo en las mejores pasarelas para Michelle Obama, una vez que con sus apuestas de viaje terminaba siempre sorprendiendo e inspirando a las fashionistas que empezaron a buscar desesperadas en las tiendas 'online' el vestido de turno de la Primera Dama. Así ocurrió con el vestido floral, tipo años 50, de la diseñadora Tracy Reese, que Michelle usó para el recital de su hija Sasha en Maryland.
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El 2013 llegó con una ocasión emblemática para mostrar la madurez y contundencia estilística de Michelle Obama, quien una vez más acompañó a su esposo a la posesión presidencial. Esta vez, la Primera Dama fue vestida con un sofisticado y moderno vestido de Thom Browne, una botas largas en el mismo tono de gris y unos contrastantes guantes fucsias de la casa J. Crew.
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Si en el primer baile de posesión presidencial Michelle Obama deslumbró con su vestido blanco, en esta segunda ocasión su vestido rojo de cuello cruzado, que combinaba mágicamente el chiffón y el terciopelo (diseñado por Kimberly McDonald) la elevó a los niveles de ícono de estilo como la misma Jackie Kennedy.
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Una vez más demostrando su habilidad para celebrar con sus colores al presidente invitado, en la cena de Estado ofrecida en febrero de 2014 al presidente francés François Hollande, Michelle Obama eligió un vestido azul cielo de la casa Carolina Herrera. Esa mezcla con encaje negro en el top y las mangas largas marcaron una verdadera declaración de estilo ese año.
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En su viaje a China en 2014, acompañada de su madre, Michelle Obama volvió a echar mano de la exuberancia de los trajes de Naeem Khan usando un vestido rojo cuya riqueza estaba en los bordados y encajes.
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Mostrándose conservadora, quizás más que en ningún otro discurso del Estado de la Unión, el 2015 tuvo su comienzo estilístico de la mano de un austero traje tipo sastre de Michael Kors de cuello bandeja y cremallera visible.
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Los estampados florales y de colores chillones se apoderaron de su armario, de pies a cabeza, en la primavera de 2015, como lo demostró durante su viaje por Japón con este traje de chamarra y falda de Altuzarra.
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Lo que hizo que las mujeres estadounidense se enamoraran locamente del estilo de Michelle Obama fue justamente que ella marcó el retorno de los vestidos femeninos, esos de cintura afinada y una falda de amplio vuelo, una silueta que a la mayoría le viene bien. Esa cierta democracia estilística se hizo visible una vez más con este vestido de estampado amarillo de Kenzo y cinturón de Roksanda.
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En su apuesta por posicionar jóvenes diseñadores y darles así un espaldarazo que impulsara su carrera, la Primera Dama eligió varios vestidos florales de Thakoon, como este blanco, de flores naranjas que usó en una ceremonia en el Whitney Museum of Art, de Nueva York.
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Una vez más el Presidente Barack Obama y su esposa recibieron a los gobernantes de China en la Casa Blanca. Para esta cena de Estado de 2015, Michelle Obama eligió a una de las diseñadoras americanas de origen chino más renombradas. Vera Wang fue la responsable de hacer que un vestido negro 'off-shoulder' se hiciera inolvidable.
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Usando tonos pasteles y en degradé, una verdadera rareza en su armario, Michelle Obama eligió un estructurado vestido diseñado por Monique Lhuillier, para darle la bienvenida al Primer Ministro Japonés a Washington.
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El diseñador de origen cubano Narciso Rodríguez ha sido otro de los acompañantes fieles de Michelle Obama en esta aventura estilística de 8 años. Para el discurso del Estado de la Unión a principio de 2016, Michelle Obama eligió un vestido mostaza que le valió la declaración del "vestido del optimismo".
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Y aunque muchos esperaban que Michelle Obama encontrara en esta cena de Estado la oportunidad de celebrar algún diseñador de origen nórdico, su elección fue, como siempre, impecable de la mano de un vestido drapeado de hombro caído de Naeem Khan.
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En el viaje histórico de los Obama por Cuba a finales de marzo de este año, el espíritu floral y elegante de Michelle Obama se hizo más pertinente que nunca. Para la cena con el mandatario Raúl Castro, en lugar de elegir un diseñador cubano americano que trajera alguna lectura errada en términos políticos, la Primera Dama eligió un vestido de bordado de Naeem Khan.
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A tono con las tendencias del momento, para el viaje de Michelle Obama al Kensington Palace en abril su apuesta fue por un traje monocromático de colores en bloque que mezclaba materiales. Los tonos rosados terracota y zapatos 'nude' dejaron claro su capacidad de riesgo y una vez más demostraron esa habilidad envidiable de impactar y lucir elegante sin tener que esforzarse mucho.
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