No compres para otro cuerpo.
10 reglas que van a hacer que no te equivoques con tu vestido de novia
Bota a la basura todas esas imágenes que has colectado por años y empieza de cero, tienes que buscar un modelo de vestido que se ajuste a tu peso y tu cuerpo real.


Lo primero que debes de hacer al pensar tu vestido de novia es reunir todas las imágenes que se parecen a tu vestido ideal (aquél que acaso has cultivado desde la infancia) y, acto seguido, tirarlas a la basura para comenzar de cero. El error más común entre las novias es enamorarse de un modelo que no le va bien a su tipo de cuerpo, con resultados desastrosos. Hecho por el cual muchas novias terminan pareciéndose a la muñequita de su pastel de bodas.
Piensa en qué tipo de siluetas te favorecen, estudia modelos que no son necesariamente de novia, pruébate vestidos de noche. No te cases con un modelo (o, para el caso, con un hombre) sin antes analizar todas tus opciones.

No compres para otro peso.
El segundo error más común al encargar un vestido de novia, es hacerlo con la idea de que, llegada la boda, pesarás varios kilos menos. Además, al momento de imaginarse con unos kilitos de menos, muchas mujeres también se imaginan con un cuerpo que no es el suyo (sino, quizá, el de la modelo que porta el vestido soñado).
Si bien muchas se imponen regímenes alimenticios extremos para alcanzar su peso ideal el día de su boda y, si bien, muchas lo logran (sólo para volver a ganar esos y más kilos, casi al terminar la ceremonia), es una meta poco realista. Elige un modelo que le quede al cuerpo que tienes hoy y para el peso que tienes hoy. Si logras bajar esos kilos de más, siempre se le puede restar centímetros a un vestido. Aumentarle, por lo contrario, es imposible.

El universo más allá del blanco.
La frase "white wedding" ha deformado los conceptos nupciales de generaciones enteras de mujeres. Es cierto que se trata del color por excelencia asociado con los vestidos de novia, pero no a todos los tonos de piel les queda bien el blanco puro. Hay una gama casi infinita de tonos de blanco para escoger: marfil, hueso, champaña, crema, blanco natural, entre muchos.
Además, hoy las novias se casan con los colores más inesperados que abarcan la gama entera de tonos pastel como lavanda, rosa y azul, o incluso los jewel tones como zafiro, dorado, turquesa, platino. Si tu tono de piel hace que te vuelvas una con la pared al usar tonos blancos, atrévete a experimentar con el color.

Comodidad, comodidad, comodidad.
Vas a estar de pie mucho, mucho tiempo. Vas a estar nerviosa. Vas a sudar. Todas las miradas (y las cámaras) estarán posadas sobre ti. No te compliques la existencia usando un vestido que tendrás que ajustarte de modo constante, que te corte la respiración de tan apretado, con el que no podrás bailar o que tendrás que estarte alzando para evitar que te tropieces. Entrada la hora seis, vas a agradecer haber puesto la comodidad por encima de la moda.

La tendencia de hoy se verá passé mañana.
A menos de que te vayas a casar dos meses o menos después de encargar tu vestido de novia, no te dejes llevar por las tendencias del momento. La mayor parte de las bodas se programan con un año de anticipación, días más, días menos, y es buena idea darte el tiempo necesario para elegir con prudencia cada detalle. Sin embargo, llegado el día, no quieres verte como la novia del año pasado. Es preferible elegir un modelo de vestido que sobreviva a las tendencias; si no algo del todo clásico, sí atemporal.
La ropa interior se ve desde afuera.
Siempre que te pruebes un vestido, hazlo con la ropa interior que piensas usar ese día. Si vas a usar una faja, pruébate el vestido con la faja. Si vas a usar un push-up, un bodysuit, pantimedias, medias con liguero, medias de compresión, o cualquier tipo de prenda interior que pueda modificar la ubicación y/o forma de tus curvas, no la dejes en casa cuando vayas de shopping. De otro modo, te puedes llevar una sorpresa cuando llegue el día de tu boda y parezca que tienes doble busto.
Los zapatos no se ven, pero se sienten.
Porque lo más probable es que la ceremonia y el festejo en su conjunto duren varias horas, los mejores zapatos son los más cómodos. Si bien una de las ventajas del vestido largo es que los centímetros de más pueden parecer tuyos y no los de los tacones ocultos bajo toda aquella tela, no es la mejor ocasión para usar zapatos demasiado altos, rígidos o en general incómodos.
Lo ideal es que puedas usar tus zapatos de boda el día de tu boda; que puedas bailar con ellos y salir en las fotos con ellos, más no verte en la necesidad de quitártelos a la primera oportunidad. Eso sólo se ve bien en las películas. Al igual que con la ropa interior, siempre que te pruebes un vestido de novia, hazlo con los zapatos que piensas usar, o por lo menos unos bastante parecidos.

SÍ a los asesores, NO a las vendedoras de vestidos.
Si tienes los recursos, contrata a un asesor de moda o de imagen. Su trabajo es ayudarte a encontrar lo que mejor te conviene, independientemente de dónde lo compres. Por lo contrario, el objetivo de las empleadas de las tiendas es venderte lo que existe en su tienda.
Suelen ser hábiles depredadoras de tu inseguridad, de modo que es importante no dejarse presionar. Tómate el tiempo necesario y vuelve cuantas veces quieras, sin importar lo que ellas puedan pensar. No tengas miedo de hacer las preguntas más tontas y de hacerlas todas. Para eso están.

SÍ a las cámaras.
Aprovecha lo que te ofrece la tecnología de hoy para guardar imágenes en tu teléfono de los vestidos que te vayas probando. De otro modo, al cabo de unas cuantas sesiones de shopping, no habrá manera de recordar todos los modelos, mucho menos cómo se te vieron. Para ello, hazte acompañar de alguien de tu confianza que conozca tus gustos y que tenga un mínimo sentido de la moda. Y que esté dispuesta a tomarte las fotos.
NO al público.
Si tu objetivo es provocarte a ti misma aún más confusión y estrés de lo que ya tendrás al probarte modelos de vestidos de novia, hazte acompañar de un pequeño séquito (tu mamá, tu suegra, tu prima, tu dama de honor, tu tía, tu maestra de primaria...). De nueva cuenta: eso sólo funciona en las películas.
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