Joven paga $1,850 al mes por vivir en una ‘rara’ lavandería en Queens, Nueva York

NUEVA YORK.- En Queens, Nueva York, Sampson Dahl, un productor de diseños para producciones de videos y fotografía, decidió vivir en una lavandería saturada con muchos de los muebles y accesorios que ha usado en sus diseños.
En la lavandería-casa de Sampson Dahl, con apenas 27 años, encuentras de todo: desde ropa colgada casi en el techo, hasta un hidratante callejero para apagar incendios, asientos de una sala de cine y -por supuesto- un letrero gigante que dice, en inglés, ‘ Lavandería’.
En un tour al influencer Caleb Simpson, quien se especializa en documentar cómo viven los neoyorquinos, Dahl explicó que ese letrero es el original y que podría ser muy antiguo. Decidió conservarlo, como muchas cosas originales de la lavandería pública de Maspeth, Queens, y colocarlo sobre su cama.
La cama, por cierto, le costó $25 y es “aérea”, para aprovechar mejor el espacio de 800 pies cuadrados en el que vive. A su lado está el “clóset al que hay que saltar”, porque también está cerca del techo y que, su dueño reconoce, no es muy práctico.
En la vivienda lavandería no funcionan las lámparas
Tampoco son muy prácticas las lámparas que tiene, pues según se pudo ver en ese tour, no funcionan.
Lo que sí funciona es su cocina, que, aunque estrecha, sirve para producir “toneladas de té”, para las personas que constantemente le visitan pues, el productor de 27 años nunca está solo, pues alquila su lavandería-casa para diferentes producciones (de videos, fotográficas etc.).
Además la cocina tiene refrigerador, horno tostador, fregadero y una colección de cuchillos de cocina.
Una lavandería con butacas de cine
En su página Web, Dahl explica que el edificio de la lavandería fue construido en 1920 y que primero sirvió como tienda de comestibles, pero que los años 80 se convirtió en la lavandería The Wash & Dry (lava y seca).
En marzo del 2019, cuando la fue a ver para rentarla, su novia le dijo que era ‘repugnante’, pero él vio el potencial de convertirla en una vivienda y negocio.
“Siempre me han gustado los espacios comerciales”, le explicó a Caleb durante el tour cuando le reveló que años atrás vivió en una bodega en Chicago. Así las cosas, comenzó a llenar el lugar con cuanta cosa “gratis” le donaran durante las producciones que realiza.
Por eso, en la antigua lavandería puedes encontrar lo mismo: butacas de cine, juguetes de niños, memorabilia de películas y hasta un órgano antiquísimo, el cual obtuvo -gratis- por Amazon.
Lo que más le llamó la atención a Dahl al alquilarlo, fue que quien lo construyó incluyó una ventana entre el sanitario y la regadera. “¡Me puedes ver en la ducha!” exclama. “¡Es una ventana en la regadera!
El apartamento "más raro" de Nueva York
Mientras que Caleb Simpson dice que se llevó una gran sorpresa al ver la cantidad de piezas de arte (Dahl es pintor), pues dice que es algo que no esperaba al visitar un apartamento en una lavandería.
Así mismo, Simpson dice que, de todas las viviendas que ha documentado en Nueva York, entre las que se incluyen la del actor Eli Young, quien convirtió una ambulancia en su hogar, y el del apartamento "más pequeño" de NYC, el de la diseñadora Alaina Randazzo, esta le pareció "la más raro que he visto".
En un apartamento en el que nada raya en la monotonía, Sampson Dahl incluyó un columpio en la entrada. Está a unos pasos de una psicodélica refrigeradora “comunitaria”, colocada en la calle, justo a la entrada de su vivienda.
En la refrigeradora comunitaria, transeúntes y su dueño depositan o recogen comida a su antojo.
Dice que ese sentido comunitario es lo que más le gusta de vivir en esta antigua lavandería, pues en su infancia vivió en una comunidad humanitaria que l e ayudó a valorar, de ayudarse entre vecinos.
También le gusta, dice Dahl, es que el precio del lugar no es tan caro: $1,800. Desde que se mudó a vivir hace casi tres años, su renta solo ha subido $100. Aparte de eso, sus gastos incluyen unos $120 de electricidad y $60 por internet, al mes.