Xóchitl dio el golpe que le dejó sin cara, pero María del Carmen logró desprenderle las manos, los brazos y las piernas a la piñata de Donald Trump. La gente que estaba a su alrededor las incitaba a seguir hasta las últimas consecuencias, sin embargo, conforme observaban el cuerpo deformado y desmembrado, la ansiedad los invadía y gritaban “ya déjennos tantito”.
Mexicanos antiTrump descargaron su furia contra una piñata del candidato republicano
Una coalición de organizaciones arremetió contra la figura de cartón del magnate en señal de protesta hacia sus posturas migratorias.

Alguien sugirió que ese ya remedo de cuerpo, colgado del cuello con una cuerda, fuera quemado hasta quedar carbonizado. Las llamas comenzaron a consumir lo que quedaba de sus extremidades, se respiraba olor a plástico quemado. Los asistentes y la gente que pasaba por el emblemático monumento Hemiciclo a Juárez, en el centro de la Ciudad de México, daba chiflidos, aplausos y risas, como si se tratara de toda una fiesta al estilo tradicional mexicano.
Con cartón, pinturas, papel periódico y engrudo, la Coalición Binacional contra Donald Trump convirtió la figura del candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos en una pintoresca y grotesca piñata como protesta hacia sus posturas migratorias y el muro que pretende construir para reforzar la frontera con México.
Ana Laura, quien también le pegó a la piñata, fue testigo de la ola antiinmigrante que, asegura, ha ocasionado el odio de Trump. Ella fue deportada a México hace dos semanas luego de vivir por más de 15 años en Chicago. La separaron de sus dos hijas, una de 13 y otra de 14 años.
“Tengo dos hijos estadounidenses y cuatro hijos mexicanos. Para venir a ver a mis hijos traté de realizar una salida voluntaria, pero inmigración me agarró y me tramitaron una deportación. Me impusieron un castigo de 20 años, lo que significa que por ese tiempo no podré ver a mis hijos y me quitaron la posibilidad que tenía de arreglar mi situación migratoria”, relató.
Como madre tenía la ilusión de mantener a su familia unida, pero todos sus planes se derrumbaron. Para ella, la Ciudad de México ya no se parece en nada a la que dejó hace más de 10 años cuando decidió viajar a Chicago, que se convirtió en su hogar.

Ana Laura decidió participar en el evento 'Romperle la piñata a Donald Trump' para pedir a la gente que tiene las posibilidades de votar que salgan a ejercer su derecho el próximo 8 de noviembre y manifiesten su rechazo contra el candidato presidencial republicano.
“No queremos muros, queremos unificarnos. En Estados Unidos y México hay familias divididas. Somos seres humanos, no somos animales, no somos máquinas de trabajo. Soy un ser humano, soy una madre que ama a sus hijos y quiere estar con ellos”, dijo.
María García, presidenta y fundadora de la organización señaló que este evento se dio de forma simultánea en la Ciudad de México y en Chicago, Illinois, para romper de forma simbólica una piñata con forma de Donald Trump y exigir también al gobierno de México que explique de forma puntual por qué el magnate republicano visitó el país.
“Las noticias que nos han dado no nos satisfacen porque no nos explican nada claramente. El gobierno mexicano nos tiene ofendidos por el trato que se le dio a ese cobarde pese a la ola de odio que ha generado dentro de la comunidad”, señaló.
A inicios de septiembre el candidato republicano viajó a la Ciudad de México para reunirse con el presidente de México, Enrique Peña Nieto, un encuentro que generó intensas reacciones en el país, debido a las polémicas propuestas y declaraciones conta los inmigrantes mexicanos que ha hecho Trump durante su campaña.
Una de esas propuestas es construir un muro a todo lo largo de la frontera con México y según expone el magnate, será el país latino quien costeará todos los gastos; también aumentará las contrataciones de agentes de la Patrulla Fronteriza y de la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y aseguró que unos 6 millones de indocumentados deberán irse del país y gestionar fuera una visa para poder reingresar.

Para María del Carmen la deportación de su hija y sus nietos es uno de sus mayores temores. A sus 74 años viajó desde Xochimilco, en el sur de la ciudad, solo para tener el gusto de pegarle a Trump, aunque sea en forma de piñata y exorcizar los pensamientos negativos que a veces tiene sobre el destino de su familia en Estados Unidos.
“Estuve tres meses en Florida, allá vive mi hija. No es necesario estar allá mucho tiempo para darse cuenta cómo van a sufrir los hispanos si Donald Trump llega a la presidencia. Cuando se fue mi hija sufrí mucho porque me han platicado de experiencias malas de gente que se va. Mi hija se fue con mis nietos hace 27 años y aunque ya tienen sus papeles en regla, aún tienen la incertidumbre de lo que pasará después de las elecciones”, señaló.
La Coalición Binacional contra Donald Trump, integrada por organizaciones de mexicanos residentes en Estados Unidos reúne a decenas de agrupaciones, que se unieron para realizar actividades con el fin de promover el voto contra el magnate republicano.
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