El presidente electo Donald Trump, reiteró sus amenazas a las empresas estadounidenses que consideren la posibilidad de trasladar sus operaciones fuera del país. Esta vez advirtió que impondrá un fuerte impuesto fronterizo del 35% a los bienes fabricados afuera que intenten venderse en territorio estadounidense.
Trump vuelve a amenazar a las empresas que quieran irse del país: esta vez con un impuesto fronterizo
En línea con sus posturas proteccionistas, el presidente electo advirtió que las empresas con fábricas fuera de EEUU tendrían que pagar un arancel del 35 por ciento sobre los bienes vendidos de vuelta en Estados Unidos.


Trump retomó este domingo su tribuna favorita en Twitter para resaltar dos componentes clave de sus promesas económicas que sedujeron a las clases trabajadoras en el llamado corazón de acero de EEUU: la rebaja de los impuestos corporativos y la reducción de reglamentos para las empresas que decidan permanecer en Estados Unidos. Y, fiel a su estilo, prometió castigo para las que se vayan.
The U.S. is going to substantialy reduce taxes and regulations on businesses, but any business that leaves our country for another country,
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) December 4, 2016
fires its employees, builds a new factory or plant in the other country, and then thinks it will sell its product back into the U.S. ......
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) December 4, 2016
without retribution or consequence, is WRONG! There will be a tax on our soon to be strong border of 35% for these companies ......
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) December 4, 2016
Su catarata de tuits sucede después de la intervención directa que hizo en una fábrica de Indiana propiedad de Carrier, que produce unidades de calefacción y aire acondicionado, donde unos 1,000 empleos iban a ser trasladados a México. Trump negoció un acuerdo para mantener la planta en el estado que los empresarios aceptaron, no solo por la generosidad de unos $7 millones en reducción de impuestos corporativos, sino por miedo a perder contratos federales. Sin embargo, 1,300 empleos aún van a mudarse a Monterrey, México.
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Los mensajes de Trump esta mañana atrajeron el escepticismo de algunos republicanos como el senador de Nebraska, Ben Sasse, que generalmente han favorecido un enfoque práctico de la economía.
Pres-Elect Trump means well. But won't his 35% tariff idea raise prices on American families? How would it not be a new 35% tax on families?
— Ben Sasse (@BenSasse) December 4, 2016
"El presidente electo Trump es bien intencionado ¿Pero su idea de arancel del 35% no elevará los precios a las familias estadounidenses? ¿No sería este un nuevo impuesto del 35% para las familias?", escribió Sasse.
Aunque sus más cercanos colaboradores han suavizado las posturas agresivamente proteccionistas de Trump hacia el comercio internacional, aún quedan dudas sobre qué acuerdos mantendrá, y cuáles modificará o romperá. Steven Mnuchin y Wilbur Ross, nominados por Trump para el Departamento del Tesoro y de Comercio, respectivamente, dijeron que perseguirían acuerdos comerciales bilaterales con otros países, pero que seguían recelosos de los acuerdos regionales.
Ross también dijo que los aranceles generales de dos dígitos sobre los bienes de México y China -que algunos economistas han advertido que podrían provocar una guerra comercial con el gigante asiático- sólo se utilizarían como último recurso.







