PATCHOGUE - NUEVA YORK. Solo el bramido del tren que va y viene de Manhattan altera la calma en la calle de Patchogue donde fue asesinado el ecuatoriano Marcelo Lucero.
El pueblo de Nueva York donde saben que el discurso de Trump no es inofensivo
La celebración de un evento del candidato cerca del lugar en donde un grupo racista asesinó al ecuatoriano Marcelo Lucero ha desatado la indignación de Patchogue, Long Island.
Por:Fernando Peinado
Joselo Lucero (izqda.) y su hermano Marcelo
Imagen Foto cortesía de la familia
Pero este jueves otro tipo de convulsión romperá el silencio en este pueblo de Long Island, Nueva York. El líder republicano Donald Trump hablará en un salón de eventos a solo unos 500 metros del lugar de aquel crimen racista que ocho años después aún permanece fresco en el recuerdo de la comunidad.
A vecinos y activistas les parece una provocación que el candidato que ha encendido los ánimos contra los inmigrantes celebre un acto de campaña en un lugar de gran valor emocional y han programado una protesta a la que incluso el diario New York Times, ha llamado a unirse en uno de sus editoriales.
Lucero fue acuchillado en 2008 por una banda de adolescentes que tenía por pasatiempo nocturno amedrentar y golpear a latinos. La muerte puso a Long Island en el centro del debate nacional acerca del discurso anti-indocumentados.
Aquel asesinato fue vinculado a un "clima de odio" e intolerancia que había sido incubado por las autoridades del condado de Suffolk, donde se encuentra Patchogue.
Marcelo Lucero, víctima del crimen racista de Patchogue.
Imagen Foto cortesía de la familia Lucero
Por eso muchos ahora aquí no tienen duda de que la retórica que usa Trump sobre inmigración puede acabar teniendo efectos trágicos.
Joselo Lucero, el hermano de la víctima, dice que los intolerantes vuelven a sentirse legitimados gracias a Trump.
"El lenguaje del odio tiene mucho poder", le dice el hermano de Lucero, Joselo, a Univision. Él estará al frente de la protesta este jueves.
"Pensábamos que viviamos en un ambiente nuevo y están saliendo de la oscuridad", se lamenta.
Una placa conmemora a Marcelo Lucero en Patchogue, Nueva York
Imagen Fernando Peinado
"Disparar contra latinos"
Steve Levy, máximo cargo del condado al tiempo del crimen, se burlaba de los activistas que protestaban contra su legislación anti-indocumentados. También presumía de no ser políticamente correcto.
En marzo de 2007, el legislador del condado Elie Mystal dijo lo siguiente sobre los inmigrantes latinos que esperaban a conseguir trabajo en las esquinas: "Si viviera en una vecindad en la que la gente se reúne de esa forma, cargaría mi pistola y empezaría a disparar. Punto".
Este tipo de lenguaje se volvió más común con la recesión pero hundía sus raíces en el pasado de discriminación de Long Island.
Aquí, el suburbio de Levittown, que prohibía las ventas a personas de raza negra, se convirtió en un símbolo de la segregación en Estados Unidos tras la II Guerra Mundial.
Tolerancia
El líder comunitario Daniel Altschuler señala que la visita de Trump se produce justo cuando la comunidad está avanzando hacia una convivencia más tolerante.
"Hemos peleado fuertemente para contrarrestar ese legado de exclusión y racismo", dice Altschuler, director gerente del grupo Make the Road Action. El condado aprobó en 2012 una orden ejecutiva que garantizaba el uso de intérpretes en la prestación de servicios públicos.
" Ahora cunde el temor a que Trump reabra las viejas heridas", advierte Altschuler.
Joselo Lucero, hermano de Marcelo, víctima del crimen racista en Patchogue
Imagen Fernando Peinado
A Trump le invitó el Partido Republicano de Suffolk que se niega a considerar las protestas y pedidos de cancelación.
"El evento del jueves en The Emporium, que es un lugar frecuente de los eventos del Comité Republicano del Condado de Suffolk, fue programado hace más de dos meses", dijo en un comunicado John Jay LaValle, presidente del partido en el condado.
"En ese momento, el evento estaba abierto a todos los candidatos republicanos a presidente. Trump confirmó su asistencia la semana pasada", agregó.
Pero muchos dudan de la buena fe de los líderes republicanos.
"Aquí en Patchogue nadie se ha olvidado de ese crimen", dice Danny Hernández, un puertorriqueño que vive en la misma calle donde mataron a Lucero. "Salimos en las noticias nacionales, estábamos en todas partes. Lo que están haciendo no es correcto".
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