LAS VEGAS, Nevada. El Donald Trump "presidencial" duró 30 minutos en el tercer debate presidencial, el tiempo que tardó Hillary Clinton en herir su sensibilidad con un ataque sobre México.
El ataque sobre Enrique Peña Nieto que sacó a Trump de sus casillas
Cuando Clinton recordó que el republicano no le dijo en persona al presidente mexicano que debería pagar por el muro, Trump abandonó el tono presidencial que hasta entonces había adoptado en el tercer debate presidencial.


El republicano parecía sedado y decidido a apostar por un debate sustantivo hasta que Clinton le acusó de "atorarse" en su encuentro de final de agosto con el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, porque no habló sobre su demanda de que México pague por el muro.
"Cuando se trata del muro que Donald dice que va a construir, fue a México, tuvo una reunión con el presidente mexicano. Ni siquiera habló de ello. Se atoró y entonces recurrió a una guerra de Twitter porque el presidente mexicano dijo que no iban a pagar por el muro".
Al oír ese ataque, el hipersensible Trump, pidió a Wallace una rectificación. "Creo que debería responder a eso, primero de todo, tuve un buen encuentro con el presidente de México. Muy buen hombre...". A partir de ahí se desvaneció el Trump presidencial.
En adelante, Trump recurrió a sus ataques más oscuros: su teoría conspirativa sobre un fraude masivo, su negativa a confirmar si aceptará el resultado de la elección y los ataques personales.











