LOS ÁNGELES, California.- Los médicos del Hospital Infantil de Long Beach declararon el lunes clínicamente muerto a un bebé de un año de edad que fue internado con heridas en todo el cuerpo por los presuntos golpes que le propinó el novio de su madre y el ataque de un perro de raza pitbull, según testimonios. Se trata de otra muerte trágica de un niño en el condado de Los Ángeles, California.
Muere un bebé maltratado que habría sido también atacado por un pitbull
El menor no tenía una parte de la oreja y presentaba golpes en todo el cuerpo, según el padre.

Se cree que Adal Romero, de un año de edad, fue golpeado por Karim Ibarra, pareja de su madre, y después lanzado a un perro pitbull para que lo mordiera sin piedad, afirmó un testigo a Univision 34 Los Ángeles. Al parecer en este caso no hay constancia de supervisión de los trabajadores sociales del condado de Los Ángeles.
“Le pegaban al niño y se lo tiraban al perro para que lo masticara como si fuera un juguete”, contó bajo anonimato un amigo del padre del menor, Miguel Romero.
La madre del bebé, Carolina González, también fue hospitalizada con diversas heridas presuntamente ocasionadas por Ibarra, a quien conoció por internet. Al momento desconoce su situación médica.
Ibarra se entregó a la Policía de Pomona el pasado sábado. No está claro si le han presentado cargos.
Cuando fue internado en el Hospital Infantil de Long Beach, el bebé no tenía un pedazo de oreja, presentaba golpes y cicatrices en diversas partes de su cuerpo y tenía dificultades para respirar, contó su padre, Miguel Romero.
“No podía respirar solo, (tenía) varios moretones en la cara”, dijo con lágrimas Romero. “(Tenía) varias cicatrices en su cuerpo, de pies a cabeza; un pedazo de su odio se lo habían arrancado”, agregó.
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El incidente aparentemente sucedió después de que la madre del menor se trasladó de la casa de una pareja de amigos con quienes vivía en Las Vegas a la casa en Los Ángeles de Ibarra, de 21 años y a quien había conocido en la red social Facebook hace un mes. Su plan original era mudarse al hogar de su madre.
La abuela materna del bebé, Lourdes González, afirmó que ella había denunciado a las autoridades el rapto de su hija y su nieto pero alega que la ignoraron. “Es inaudito lo que hicieron, hace dos meses yo reporté ese secuestro y no me quisieron hacer caso”, contó a Univision 34 Los Ángeles.
Este martes el bebé permanecía conectado a un respirador artificial en el Hospital Infantil de Long Beach para mantener sus funciones vitales, ya que la familia decidió donar sus órganos.
Este caso recuerda al de Gabriel Fernández, un niño que murió con 8 años en 2013 por presuntos abusos a los que fue sometido por su madre y la pareja de esta, ambos entre rejas. La Fiscalía cree que los trabajadores sociales realizaron reportes falsos sobre las condiciones del menor.
Hubo otro incidente más reciente, el de Yónatan Aguilar, de 11 años, cuyo cuerpo sin vida, desnutrido, envuelto en una cobija y dentro de un clóset, fue encontrado por la Policía de Los Ángeles en agosto.
Dicha muerte es la última de una serie de homicidios de menores que se repiten año tras año y cuyo bienestar depende de una acertada supervisión de los trabajadores sociales del condado.
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