Clientes sin recibo dudan que les paguen por los tamales incomestibles de tienda Amapola

Cientos de clientes pidieron este miércoles un reembolso por la masa para tamales de mala calidad que les vendió la tienda Amapola, pero muchos no tenían forma de comprobar sus compras.

Cientos de clientes esperaban este miércoles un reembolso por la masa para tamales de mala calidad que compraron en la tienda Amapola, en Downey, California.
Cientos de clientes esperaban este miércoles un reembolso por la masa para tamales de mala calidad que compraron en la tienda Amapola, en Downey, California.
Imagen Isaias Alvarado

LOS ÁNGELES, California.- La voz de Rosario Jácome, una vendedora ambulante de tamales, se quiebra al recordar aquella noche en que no durmió por amasar el sustento de su familia. Todo fue en vano. Había comprado 220 libras de masa no preparada en una tienda Amapola, cuya mala calidad frustró la cena navideña a cientos de familias hispanas en el condado de Los Ángeles, California.

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“Es bien triste porque terminé bien cansada, ni podía caminar al día siguiente, mire cómo cargo mis manos”, dice la mujer con lágrimas y mostrando los callos en sus palmas.

Lo peor es que Jácome, clienta frecuente del establecimiento, tiró el recibo de la compra y ahora no sabe cómo comprobar que gastó casi 300 dólares. “Dudo que nos paguen, porque hace seis meses tiré 30 docenas de tamales porque la masa también salió mala, vine a reclamar y no me dieron nada”, dijo.

Este miércoles, cuando la cadena Amapola comenzó a reembolsar a cientos de clientes afectados, varios como Jácome, que carecen de un comprobante, solo recibieron una forma que les pedía especificar gastos y la promesa del negocio de revisar si les compensaría.

“Vamos a tomar caso por caso aunque no tengan el comprobante de que compraron masa ese día”, dijo Luis Alvarado, representante legal de la empresa, quien agregó que los reembolsos inmediatos solo se aplican para las compras del 23 y 24 de diciembre. Para otras los pagos siguen en vilo.

“No inmediatamente les reembolsaremos, pero les pedimos que llenen una forma mientras hacemos nuestra investigación”, agregó Alvarado.

Por el momento, la compañía ha atendido a más de mil clientes inconformes, indicó el abogado. La cadena Amapola se ha comprometido a entregar 25 dólares por cada 20 libras de masa defectuosa, pero sin exceder un pago de 100 dólares, esto para resarcir los gastos por los ingredientes.

Sin la ilusión del reembolso

Entre el tumulto formado este miércoles afuera de la tienda en la ciudad de Downey sobresalía el rostro enojado de Arturo García, otro cliente que tiró el recibo. Él también recibió un formulado.

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“Nos traen a puras vueltas. El lunes vine y estuve aquí desde las 10 de la mañana y me fui hasta las 5 de la tarde. Me dijeron que viniera hoy y ahora me dieron este formulario para que lo llene. ¿Qué puede hacer uno? No puedo estar aquí, yo trabajo en Houston y me tengo que ir”, señaló.

Arturo García, un cliente que tiró el recibo, muestra el formulario que le entregó la tienda Amapola en Downey, California, para reclamar lo gastado en una masa para tamales de mala calidad.
Arturo García, un cliente que tiró el recibo, muestra el formulario que le entregó la tienda Amapola en Downey, California, para reclamar lo gastado en una masa para tamales de mala calidad.
Imagen Isaias Alvarado

García, un chofer de camiones pesados, vino a pasar la Navidad con su madre en la ciudad de Pico Rivera. Ahora se regresa desilusionado y con la idea de que tiró 150 dólares por unos tamales que jamás se cocieron. “Ya no me interesa pedirles mi dinero, si estando aquí no me dan nada”, dijo.

A María Díaz se le ocurrió llevar una ollita con el cuerpo del delito: los tamales pulverizados que nadie se comió. “Tiré el ticket, por eso traje los tamales para que vean que sí los hice”, dijo.

Es su único comprobante de que gastó 100 dólares para aquella cena navideña en la que su familia terminó improvisando con otros platillos. “No se cocieron, ahí están”, insistía la mujer.

Luego de compartir su información a un empleado de la tienda, ella se fue a su casa con la única certeza de que no interpondrá más quejas. “Les di mi teléfono, a ver si me llaman”, expresó Díaz.

En medio de una larguísima fila que avanzaba a paso lento, Jesús Jiménez sostenía un recibo del banco, la única prueba de que pagó 62.60 dólares el 23 de diciembre en una masa a la que le faltó algo. Su familia cenó carne asada porque no había más en la despensa, contó.

“Si me quieren dar mi dinero está bien, pero si no lo hacen no me voy a poner a pelear”, dijo el residente de Bell Gardens.”Yo no soy persona problemática”, agregó.

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Rigo Reyes, especialista del Departamento de Asuntos del Consumidor del condado de Los Ángeles, recomendó a los clientes afectados que no desistan en su intento por obtener su dinero, incluso si carecen de un recibo. “Deberían interponer una queja de todos modos (ante la dependencia y/o la tienda). Lo peor es que nos digan que tenemos que comprobar”, indicó.

Para Heber Gutiérrez, un vendedor de tamales, no hay manera de exigir los 318 dólares que le pagó a uno de sus clientes insatisfechos. Prefirió perder ese dinero a dañar la imagen de su humilde negocio.

“Nos llamaron de Texas, de Utah y de Nueva York, porque sus familiares compraron tamales y se los mandaron sin saber que estaban malos”, dijo mientras llenaba el formulario de la tienda.