LOS ÁNGELES, California.- La Administración del Seguro Social (SSA) envió cheques por más de 2.6 millones de dólares a residentes del sur de California que ya estaban muertos y que fueron cobrados por sus familiares, quienes ahora enfrentan cargos criminales por fraude.
El fraude de los cheques para muertos que cobraban sus familiares
La Fiscalía Federal en Los Ángeles presentó cargos criminales en contra de 22 personas que recibieron pagos del Seguro Social a nombre de sus difuntos familiares, una práctica que vendrían realizando desde hace años.


La Procuraduría de los Estados Unidos en Los Ángeles informó este lunes que ha presentado cargos en contra de 22 personas que recibieron de manera ilegal los pagos que correspondían a familiares que ya estaban muertos.
Entre los acusados se encuentra una trabajadora del SSA, un agente del Departamento del Sheriff de Los Ángeles (LASD), un hombre del Valle de San Fernando que habría recibido 400,000 dólares y una anciana de 82 años que desde México estuvo cobrando una pensión ajena cuya suma ascendió a 115,000 dólares.
La empleada del SSA fue identificada como Daysi Salazar-Arias, de 38 años y residente de Thousand Oaks, y ha sido la única arrestada en esta operación -hasta ahora- por supuestamente desviar a su cuenta personal el pago de un beneficiario que ya estaba muerto y por haber manipulado el sistema para aparentar una operación legítima.
La sargento Vicki Lynn Gregory, del LASD, es otra de las que conforman la lista de acusados, quien habría simulado que su madre seguía con vida para quedarse con los beneficios que recibía del SSA.
En total la sargento Gregory recibió pagos por aproximadamente $30,000 dólares.
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La lista de los 22 acusados que se habrían hecho de la vista gorda
El caso que involucra la mayor cantidad de dinero es el que tramó José Aguinaco Ugalde, de 68 años y residente de West Hills, quien enfrenta 16 cargos relacionados con fraude y robo de identidad.
De acuerdo con la acusación que presentó la fiscalía federal, Ugalde se quedó con los beneficios de seguro social por retiro que le enviaban a su difunto padre.
También se le acusa de estafar a su exmadrastra al falsificar su firma y usar una tarjeta de débito de su padre para hacer retiros de la cuenta bancaria donde el SSA hacía los depósitos.
La fiscal Eileen Decker consideró que este tipo de casos demuestran el fraude que existe en el sistema del SSA cuando no se reporta el deceso de un beneficiario.
Cuando una persona fallece, el SSA debe registrar su muerte en la base de datos Death Master File (DMF) a la cual tienen acceso empleadores, bancos y agencias del gobiernos para verificar los números de seguro social.
Sin embargo, una auditoría realizada el año pasado por la Oficina del Inspector General (GAO) encontró que el SSA aún tenía activos los números de seguro social de 1.8 millones de personas muertas.
La fiscal considera que quedarse con el dinero que le corresponde a otra persona, aunque esté muerta, es un robo y que hacerlo de manera deliberada al no reportarlo al SSA, representa un fraude.
