En un artículo recientemente publicado en la revista Vanity Fair sobre la manera en que la era digital ha afectado las expectativas románticas y sexuales de la así llamada generación millenial, aparece una cita de Justin García, investigador del Instituto Kinsey de Investigación sobre Sexo, Género y Reproducción (creadores del célebre y controversial Kinsey Report, quien afirma: "Ha habido dos grandes transiciones en los últimos cuatro millones de años. La primera ocurrió hace 10,000 o 15,000 años, durante la revolución agrícola, cuando nos volvimos menos migratorios y más asentados. La segunda gran transición se ha dado con el Internet."
¿Qué busca la mujer millennial en un hombre?
Hay quienes suponen que hay cierta predeterminación biológica que hace que busquemos fundamentalmente lo mismo. Eso era antes de Tinder.


Los testimonios de los millennials de Nueva York recogidos en la nota, subrayan el gran contraste entre la percepción masculina y la femenina de las "bondades" de las dating Apps y pintan un retrato sin duda desolador del panorama romántico actual . La relación de los hombres con estas herramientas y con las mujeres con las que "conectan" a través de ellas, es de desapego emocional, en el mejor de los casos. En el peor, se trata de un mero juego de números: "Me acosté con tres chicas, gracias al Internet, por medio de Tinder y, en el transcurso de cuatro noches, sólo gasté un total de ochenta dólares", asegura uno de los entrevistados. Para las mujeres de la misma edad, sin embargo, la impresión es prácticamente opuesta: "Es un concurso para saber a quién le importa menos [...]. Pero si dices esto en voz alta, la gente cree que eres débil, que no eres independiente, que por algún motivo no leíste el memorándum acerca de la tercer ola del feminismo".
"Las Apps como Tiner y OKCupid dan la impresión de que, allá afuera, existen miles o quizá millones de conquistas en potencia. [...] Una dimensión es el impacto que esto tiene sobre la psicología de los hombres. Cuando existe [...] la percepción de que hay un exceso de mujeres, el sistema de apareamiento se desplaza hacia el dating de corto plazo. [...] Los hombres no están obligados a comprometerse [...], y las mujeres tienen que adaptarse si es que quieren encontrar una pareja", afirmó para el mismo artículo David Buss, profesor de la Universidad de Texas en Austin y especialista en la evolución de la sexualidad humana.
¿Será? ¿Será que a las mujeres millennial no les queda otra opción que simplemente adaptarse a las prácticas y deseos de sus pares masculinos? Todo parece indicar que las mujeres jóvenes pertenecientes a esta generación también están buscando nuevas formas de conseguir lo que quieren y necesitan en una relación amorosa.
Como veremos a continuación, las expectativas de las jóvenes de hoy y las cualidades que buscan en un hombre parecen distar bastante de lo que valoraban sus madres y abuelas, lo cual en principio aportaría a la idea propuesta por Justin García.
Un hombre menos sensible
Esto podría resultar sorprendente, en especial a la luz del retrato tan desfavorable que hace la articulista de Vanity Fair del así llamado "fuckboy" (anteriormente descrito: ese que hace el balance semanal entre las chicas con las que se acuesta y sus gastos por cabeza), pero al parecer, éste se encuentra en un extremo del panorama actual, en cuyo polo opuesto se encuentra el "softboy" (término acuñado por el escritor Alan Hanson. Se trata del hombre sensible quizá en exceso, melancólico, complicado, un auto denominado "feminista". Pero, al final, dicen las chicas millennial, el "softboy" no es de fiar; busca lo mismo que el "fuckboy", sólo que es menos frontal, menos ingenuo y, por ende, más peligroso. Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre.
Un hombre todo o nada
Si bien para sus madres y abuelas encontrar un hombre bueno, respetuoso y con valores fundamentales afines, era, si no suficiente, al menos un buen comienzo, las chicas millenial lo quieren todo y de una vez. Su hombre ideal debe de ser proveedor, independiente, inteligente, guapo, atlético, bien vestido, culto y con experiencia de vida, una carrera exitosa y un buen trabajo. Por sólo mencionar lo indispensable. No sólo se trata de un pedido grande, sino que contrasta seriamente con la realidad actual: hay más mujeres que hombres en las aulas de las universidades de Estados Unidos, las mujeres millenial comienzan sus carreras con una mejor educación que sus contrapartes masculinas y los salarios entre ambos sexos son casi idénticos, pero no porque hayan incrementado los de las mujeres, sino porque han bajado los salarios de los hombres, según datos del Pew Research Center.
Un hombre con una postura ambivalente ante el matrimonio
En el campo de las contradicciones, la mujer millennial es una caja de Pandora, y una de sus mayores confusiones es su relación con el matrimonio. Mientras que se siente cómoda mostrando su ambición profesional, no así en el campo del matrimonio. Quizá se deba a un estereotipo femenino rechazado por las chicas millennial, algo que implicaría cierto nivel de vergüenza si se persiguiera el matrimonio con la misma medida de ambición que aquella que emplea en el ámbito laboral. Sólo el 22 por ciento de la generación millennial está casada, una cifra histórica.
Un hombre dispuesto a darle su esperma
Tal vez la chica millennial no esté segura de quererse casar, pero sí quiere que él sea generoso con su esperma. Según el Pew Research Center, para el 52 por ciento de millennials, tener hijos es un aspecto importante de la vida, mientras que crear un matrimonio exitoso lo es sólo para el 38 por ciento, lo cual indica que existe una desvinculación entre la creación de una familia y el matrimonio. No es un dato menor, desde luego, que el 35 por ciento de los hombres millennial aún vive con sus papás (y sólo el 28 por ciento lo hace en pareja); que por cada 100 mujeres con un empleo, 91 hombres cuenten con uno; que una gran parte de millennials está pagando una deuda universitaria que no parece tener fin. O tal vez sólo tenga que ver con que sería más cool ser Madonna que la mamá de los hermanos Hanson.
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