Desde hace 7 años un grupo de hombres de casi todas las ciudades más importantes de Argentina (Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Mendoza, Santa Fe, La Plata) se reúnen una vez por semana con el fin de repensar el modelo tradicional con el que fueron criados y así crear “una sociedad más justa, diversa e igualitaria”.
El club de varones anti machistas alza la voz
Una vez por semana, grupos de argentinos se reúnen con el fin de buscar una sociedad más justa e igualitaria.

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“Siento que hoy ser varón trae la obligación de romper con ciertos roles históricamente asignados, que distan mucho de ideas como igualdad, equidad, respeto, derechos, obligaciones”, reflexiona con Univision Trends Diego Zubiaurre, el miembro más antiguo del Colectivo Anti Patriarcal de la ciudad de La Plata.

Este grupo anti machista se piensa como parte responsable de la violencia hacia las mujeres e identidades trans y del sistema desigual de distribución de poder entre los géneros, que sostiene las múltiples formas de opresión y explotación existentes. Aunque esa conciencia se enfrente y tropiece, muchas veces, con la dura realidad.
“Cuando vemos a nuestro electo presidente Mauricio Macri en situaciones ridículas objetivizando a las mujeres, reduciéndolas a que siempre quieren un piropo, sin importar el qué, el cómo y qué implica ese piropo, entre tantas otras cosas. Eso, desde donde lo veo, es retroceder”, explica Zubiaurre.
ROMPIENDO PARADIGMAS
Aunque la brecha de género se acorta cada vez más, ser hombre aún es considerado – por muchos- un ‘privilegio’ del que es difícil renunciar. En la sociedad, nadie los reprocha por su alocada vida sexual, los alaban por su inestabilidad. Las adicciones legales, los hacen ver más sexys. Qué decir del acoso: ese – la mayor parte del tiempo- será provocación de la mujer. Y lo confirma un hombre, ya anti patriarcal.
“Crecí siendo el único hijo varón en una casa donde mi padre trabajaba todo el día y convivía con 3 hermanas, madre y abuela. Siempre gocé de privilegios. Salir de eso es siempre lo más difícil, no hacer las tareas del hogar, gozar de una habitación propia, por dar simples ejemplos; tener más derechos por solo tener pito (pene) es un privilegio con el que hay que romper y no se hace de un día para el otro. Pero que estén las intenciones es un buen punto de partida”, enfatiza.
El miembro activo del Colectivo Anti Machista de La Plata, en Argentina, aclara también que el hecho de ser varón o mujer no implica una validación superior o menor. “Que uno cobre más que otro, que uno no tenga tantas responsabilidades del hogar como otra, que uno viva más en un mercado laboral formal y la otra en el informal, que uno sea el principal generador de violencia sobre la otra. Eso no tiene nada de biológico ni natural, sino que se responde desde un sistema que genera todas esas diferencias: el Patriarcado”.

Por eso, en el Club de Varones Anti Patriarcales intentan deconstruir el paradigma clásico del macho, en talleres y charlas donde el hombre es más un ser humano que un objeto de poder. Las herramientas que utilizan para este fin son los abrazos y la práctica de mirarse a los ojos en parejas. Situación incómoda para muchos hombres, pero que celebra su carácter sensible. El contacto cuerpo a cuerpo, sin esperar nada a cambio, es fundamental ante el ego de dominación.
Además, practican el arte de cocinar, a manera de apropiarse de un espacio diseñado tradicionalmente para la mujer o ama de casa. El grupo también debate sobre temas polémicos como el aborto (ilegal en Argentina), la trata de mujeres, la prostitución, la violencia de género, el matrimonio igualitario y la identidad de género. Todo esto en busca de una conciencia y responsabilidad universal, no exclusiva de la mujer.






