Hoy día las jornadas maratonianas de trabajo dificultan considerablemente la conciliación de la vida familiar y laboral. Muchos padres y madres pasan demasiado tiempo trabajando fuera del hogar por lo que se ven obligados a hacer malabares para cumplir con sus deberes y disfrutar de sus derechos como progenitores.
El papel de los abuelos en la conciliación de la vida familiar y laboral
Velemos por el bienestar de los abuelos

La triste realidad es que a los papás y a las mamás que se encuentran en esta situación no les queda más remedio que delegar una parte de sus funciones como criadores y educadores de sus hijos a guarderías o canguros cuando su economía se lo puede permitir, y a amigos o familiares cuando no pueden hacer frente a los gastos.
Normalmente son los abuelos los principales cuidadores de los niños si se encuentran cerca del domicilio familiar. Según un sondeo realizado en EE.UU. por Woelfel Research Inc. que se refleja en el sitio web Reuters (América Latina), aproximadamente el 90% de los 1.904 abuelos encuestados afirmó que desempeñaba un papel muy importante en el cuidado de sus nietos.
Las tareas que realizan son, entre otras: llevar a los niños al colegio y recogerlos, darles de comer, llevarlos a las actividades extraescolares, asearlos, darles la merienda, llevarlos al médico cuando están enfermos, etc.
Cuando los abuelos realizan estas actividades de forma puntual puede resultar beneficioso para ellos hasta el punto de llegar incluso a rejuvenecerlos . Así lo afirma un estudio publicado en la edición de “Journal of Aging and Health” al que hace referencia el diario online “Expansión”.
Compartir tiempo con sus nietos hace que los abuelos se sientan útiles y acompañados, mejora su capacidad física y cognitiva al estar activos y se sienten felices al revivir una “segunda paternidad”.
Los nietos, por su parte, también resultan beneficiados con este vínculo afectivo pues interiorizan valores y enseñanzas que les ayudan a crecer en el plano emocional, social , moral y afectivo y aprenden a ser más pacientes, tolerantes y generosos. Su autoestima también se ve reforzada positivamente gracias al sentimiento de sentirse queridos por sus abuelos.
Sin embargo, cuando el cuidado y educación de los nietos se convierte en una obligación casi permanente, los abuelos pueden llegar a sufrir estrés y ansiedad pues físicamente se sienten limitados debido a sus dolencias. Otro de los motivos que les puede causar ansiedad es el sentimiento de pérdida de su libertad al dejar de lado sus aficiones y sus compromisos sociales para hacerse cargo de sus nietos.
Las discusiones entre abuelos y progenitores en el intento de unificar pautas en la educación de los niños también puede suponer un motivo de agobio para los abuelos (y para los progenitores). Muchos padres piensan que los abuelos les desautorizan porque permiten a los niños hacer cosas que en casa tienen prohibido, como por ejemplo jugar a las tablets durante el momento de la comida, darles chucherías y concederles otros caprichos. En definitiva, los padres pueden llegar a pensar que los abuelos malcrían a sus nietos.
Para que el bienestar de los abuelos y la relación que los progenitores mantienen con ellos no se vean perjudicados, es imprescindible que los padres y las madres se comuniquen honestamente con los abuelos, valoren y agradezcan todo el cariño, esfuerzo y dedicación que ponen en el cuidado de sus hijos y se pongan de acuerdo con ellos en las normas y otros aspectos de la educación de los niños.
También es fundamental que descarguen a sus mayores de las tareas y responsabilidades en relación a sus nietos para que puedan disfrutar de su tiempo libre haciendo sus cosas y que cuenten con ellos no solamente para que cuiden a los nietos sino también para que disfruten en familia de actividades de ocio como ir al cine, al teatro, hacer una excursión, comer en un restaurante, etc.
No hay nada más bonito que los niños y sus abuelos puedan disfrutar la suerte de compartir sus vidas juntos. Mira este emotivo vídeo en el que abuelos y nietos hablan de su preciosa relación
Velemos por el bienestar de los abuelos. Ellos nos dieron la vida y se desvivieron para que jamás nos faltara de nada. Ahora que somos padres nos ayudan incondicionalmente con la conciliación de nuestra vida familiar y laboral pasando muchas horas al cuidado de sus nietos.










