Surtsey: un laboratorio natural
Entre 1963 y 1967 sucedió un hecho extraordinario en la geografía terrestre: a 32 km al sur de Islandia se formó una isla nueva ― Surtsey― producto de las erupciones volcánicas de la región.
Afortunadamente, desde el mismo momento en que nació los científicos la tomaron bajo su cargo, de modo que quedó protegida legalmente de toda injerencia humana.
En el 2008, fue reconocida por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.
El nombre de la isla significa " Surtur" y hace referencia a un gigante de fuego de la mitología nórdica.
Naturaleza
El objetivo de los científicos es garantizar que la sucesión biótica y la formación de las estructuras geológicas se produzcan de la manera más natural posible, sin que ocurran alteraciones provocadas por la influencia del hombre.
Evolución
En esta joven isla se están desarrollando múltiples procesos biológicos y ecológicos, así pues la colonización de la zona por animales, plantas, hongos y cualquier organismo vivo proporciona registros únicos para la ciencia.
Desde que la isla se formó, se han visto aparecer plantas vasculares, líquenes, distintas especies de aves y animales invertebrados.
Peligro
Al ser un ecosistema abierto, las posibilidades de contaminación por esta vía son muy altas. Las personas podrían afectar las características del medio, introducir microbios, minerales, etc., o dejar residuos tras su paso.
Por esta razón, está terminantemente prohibido tocar tierra ni bucear en las zonas marinas aledañas.
Perduración
Según los estudios realizados, no es probable que la isla desaparezca en el futuro próximo. La mayor parte de la superficie se recubre de lava endurecida, al parecer muy resistente a la erosión ambiental.
La observación de las islas en los alrededores ―miles de años de existencia― permite predecir que Surtsey sobrevivirá por siglos.