La regeneración de las salamandras
Uno de los animales que más sorprenden en la naturaleza es la salamandra, debido a su alta capacidad de regeneración, proceso en el cual puede renovar miembros perdidos, el pulmón, la médula espinal e incluso trozos de cerebro de ser necesario. Los científicos creen que tal vez estudiando a estos anfibios se puedan llegar a replicar dichos mecanismos en los seres humanos.
Por mucho tiempo se pensó que las salamandras desarrollaban células que, a la manera de las células madres embrionarias, podían transformarse en cualquier apéndice o tejido necesitado de reemplazo. Sin embargo, estudios recientes indican que, cuando se regeneran, las células de diferentes tejidos conservan memoria de estos, por lo que únicamente pueden contribuir a aquellos tejidos de donde provienen.
Esta capacidad es compartida por las células madres de los mamíferos, sólo que los resultados no son tan extremos: se producen curas de heridas y uniones de huesos, mas no reconstrucciones de médulas o regeneración de miembros. Lo alentador de comprender este fenómeno es precisamente que se encuentra dentro del ámbito de posibilidades de las ciencias médicas.
Las salamandras axolotl son las mejores muestras para entender cómo funciona la regeneración, pues a diferencia de otras especies pueden criarse en cautiverio. En fase larvaria estos anfibios se convierten en adultos sexualmente reproducibles.
Cuando un individuo pierde una pierna sobre la lesión se forma una protuberancia llamada blastema. La transformación en una nueva pierna sólo se tarda 3 semanas, tiempo breve si se tiene en cuenta que viven alrededor de 12 años. Las células que el blastema contiene son similares a las células madres y se originan de los tejidos que rodean la lesión, lo que incluye cartílagos, piel y músculos.
En experimentos con salamandras adultas y embrionarias los científicos han verificado que las células no son pluripotentes. Las células viejas de los músculos se transforman en células musculares; las células viejas de los nervios se transforman en células nerviosas nuevas, con excepción del tejido de la piel y los cartílagos que sí parecen ser intercambiables. Quizás un día se puedan tratar enfermedades del cerebro humano examinando la regeneración de tan interesantes animales.