Chichén Itzá, sinónimo del conocimiento humano.
Si vamos de la A a la Z, la cuarta de las 21 candidatas a convertirse en una de las 7 Maravillas del Mundo Moderno es nada más y nada menos que Chichén Itzá en México.
Ubicadas en la península de Yucatán al sur de México, las ruinas de Chichén Itzá son ante todo pruebas de la grandeza del imperio Maya, quién habitó estas tierras muchos años antes de que Colón se chocara con el nuevo continente.
Se piensa que la ciudad ahora transformada en un parque arqueológico fue levantada algo más de 400 años después de que Jesús llegara al mundo. Lo cierto es que cada construcción deja ver el avanzado desarrollo del conocimiento maya y su inseparable condición de medio para llegar a los dioses. Pues aquí el culto religioso y el avance científico van de la mano y tienen mucho que ver.
El Observatorio maya deja constancia del interés y el estudio de esta cultura por los astros, el templo de los guerreros nos dice lo bravos que llegaron a ser los indígenas de este Imperio, el edificio de El Juego de Pelota, nos enseña el juego como algo sagrado y científicamente controlado. Esta cultura supo medir el tiempo y las distancias e inventar ideas tan geniales como las del número cero.
Sobre todos los edificios sobresale la pirámide escalonada de Kukuclán. En la cima de esta pirámide de unos 25 metros de altura se ubica un templo que se cree servía como lugar para sacrificios humanos concedidos a los dioses. Hay también cuatro escaleras (una de cada lado de la pirámide) que unen la base con el templo superior.
Y precisamente el conocimiento elevado de los astros y de sus movimientos hace que una de las mayores maravillas del Imperio Maya y de esta ciudad de Chichén Itzá permanezca inalterable hasta el día de hoy. Cada 21 de Marzo y 22 de Septiembre (días en los que entran la primavera y el otoño) podemos ver bajar por la escalera del castillo de Chichén Itzá una serpiente de luz compuesta por 7 triángulos al atardecer. Un espectáculo magnífico.
Secretos tan bien guardados por una ciudad que un día fue el centro del Imperio Maya y que luego se escondió bajo una extensa vegetación para dejarse redescubrir recién en el 1900. Todo el ambiente en esta ciudad ruina es exótico e intrigante, el misterio vive en cada piedra, únicas testigos que tienen la respuesta que durante años los científicos se han hecho ¿Por qué justo antes de la llegada de los europeos, esta ciudad y todo el Imperio se vació y sus gentes desaparecieron en la selva del altiplano?
De interrogantes están llenos estos templos y edificios que rompen la imaginación del más extravagante arquitecto y que mezclan con éxito, el misterio, el culto a los dioses mayas, y la ciencia de una cultura demasiado avanzada.
Para quienes organizan el famoso concurso de las 7 Maravillas del Mundo Moderno, la ciudad de Chichén Itzá es la representante del culto y del conocimiento, y cuando vemos la pirámide de Kukuclán o las Mil Columnas (por nombrar solo un par) no podemos estar más de acuerdo con esta definición.
El próximo viernes conoce a la quinta candidata, El Coliseo de Roma.