5 mitos sobre las arañas
Las arañas son de las criaturas más interesantes, sorprendentes y también de las más temidas del mundo. Y cuando hablamos precisamente de miedo, hablamos de ignorancia. La gente le teme a las arañas porque en realidad no sabe nada sobre ellas y muchísimos mitos existen sobre ellas. Hoy voy a enseñarte algunos de ellos, échale un vistazo a estos 5 mitos sobre las arañas.
5. “Hay una araña en mi cabello”
Aunque hoy no es tan popular como en los años 70 y 80, cuando los peinados con fijador estaban de moda, ¿cuántas veces escuchaste a alguien gritar “¡hay una araña en mi cabello!”? Desde hace años existe el mito de que las arañas pueden ocultarse en el cabello, construir nidos e incluso copular y tener crías allí, sin embargo, obviamente, éste es un gran mito. Incluso llegaron a inventarse historias urbanas tremendas sobre el hecho, pero todo es una tonta mentira. La consistencia del cabello, los lavados, los productos para el cabello y el constante movimiento al que se vería sometida una colonia de arañas en la cabeza de una mujer hace realmente imposible y chistosa esta historia.
- Ver también: ¿Cuál es la araña más venenosa del mundo?
4. Las arañas no pueden quedar atrapadas en sus propias telas
Parece ilógico que las arañas que tejen tela (el mito de que todas las arañas tejen tela también es falso) puedan quedar atrapadas en la tela/trampa que ellas mismas elaboraron para atrapar a sus presas, sin embargo, es cierto, las arañas pueden quedar atrapadas en sus propias telas. Siempre vemos insectos, moscas, hormigas o polillas enredadas en telarañas (aunque quizás también hasta hayas visto un murciélago atrapado), pero seguramente nunca has visto una araña atrapada. Pero éstas pueden quedar enredadas y el secreto es el sumo cuidado, las arañas se mueven con un cuidado deslumbrante, evitando cualquier tipo de error que, si ocurriese, las dejaría atrapadas en su propia trampa.
3. “No la mates, sólo sácala de la casa”
Cualquiera que comparta su hogar con quienes respeten la vida del resto de los animales, alguna vez le habrá escuchado decir: “no la mates, sólo sácala de la casa”. Bien, ¿por qué no? Te acercas con cuidado, la colocas en algún recipiente, sales al patio y la dejas fuera. Muy bien, todos contentos, todos felices. Excepto para la araña, claro, que 100% seguro: morirá de frío. Las arañas entran a los hogares en un acto de supervivencia, para poder resistir el irresistible frío que hay en el exterior y si las sacas de la casa, sólo estás condenando a una muerte más lenta y dolorosa. Claro que tampoco la vas a subir a tu cama y acostarla junto a ti, pero créeme que con dejarla dentro de la casa entonces sí todos están ganando. La enorme mayoría de las arañas son inofensivas para los humanos y aunque es cierto que existen algunas arañas sumamente venenosas que es mejor mantener lejos, se las puede dejar en un recipiente pero dentro de la casa, hasta que pase la fría noche. En última instancia, las arañas son los verdaderos exterminadores de plagas por naturaleza y no existe mejor insecticida que ellas. Que una araña entre del jardín a tu casa no sólo es algo inofensivo sino beneficioso (si a la mañana siguiente caminas por las paredes, no me hago responsable...)
2. Las viudas negras siempre se comen a sus parejas
Es bien raro pensar en lo contrario, digo, se llaman “viudas negras” y prácticamente desde siempre, se nos ha dicho que luego de copular, la hembra se come al macho. Ahora, tras una serie de investigaciones, se ha demostrado que ésto no es tan así sino que es más bien un malentendido. Las viudas negras se comen a los machos, sí, pero no siempre y peor aún, lo hacen en muy raras ocasiones. El macho es mucho más pequeño que la hembra (aproximadamente el 25% del tamaño total de la hembra) y durante el acto reproductivo, el macho debe colocarse de una forma tal en que su cuerpo queda casi pegado a la boca y los colmillos de la hembra. Si la hembra tiene mucha hambre, se come al macho (lo cual es una excusa perfecta, claro), sino, simplemente lo deja irse. Además, existen diferentes tipos de viudas negras y solo la minoría, en ocasiones muy peculiares (que dependen del clima, las capacidades de conseguir alimento y demás), realiza esta práctica caníbal.
1. Todo lo que leas o escuches sobre las “arañas camello”
Las “arañas camello” ni siquiera son arañas, si bien forman parte del orden de los arácnidos, éstas no son arañas y no tienen nada que ver con ellas. Todos los mitos que existen acerca de esta criatura, es 80% falso y de ello se ha encargado la web. Su verdadero nombre es el de solífugos y existen en diferentes formas y tamaños, en diversas partes del mundo, en climas tropicales. Pero todo comenzó durante la invasión estadounidense a medio oriente, cuando los soldados gringos se topaban con ellos en el desierto e inventaban toda clase de historias y estupideces sobre éstos. Ellos fueron quienes en realidad les llamaron “arañas camello”, “arañas del desierto” o “ arañas iraquíes”. El hecho es que se conocen más de 1100 especies diferentes de solífugos, de los cuales ninguno de ellos tiene telaraña ni colmillos venenosos, la más grande es maś pequeña que la mano de un humano (en internet se habla de “ arañas iraquíes asesinas de más de 1 m”), obviamente, no corren a más de 10 metros por segundo (en internet se dice que son veloces como ningún otro animal de la Tierra) y ninguno de ellos emite terribles sonidos guturales cuando “ataca”. Básicamente, son otra mentira gringa en oriente.
Bueno, ¿qué te pareció? ¿Qué otros mitos sobre las arañas conoces tu? ¿Cuál te pareció el más interesante?