Vejer de la Frontera es un remanso de paz que se encuentra dentro de la Comarca de La Janda, a orillas del Río Barbate, en la Provincia de Cádiz, al sur de España . Está emplazado a 200 metros sobre el nivel del mar y cubre una superficie de 264 kilómetros cuadrados. Su centro histórico conserva aún el castillo con las antiguas murallas y varias iglesias. Dentro de su jurisdicción está el núcleo turístico del Palmar de Vejer, con ocho kilómetros de costas sobre el Océano Atlántico. Cada año son más los visitantes que llegan durante el verano para disfrutar allí de sus vacaciones.
Desde los romanos hasta el cristianismo

La zona muestra indicios de haber sido poblada en el Paleolítico y de haber sido fortificada durante la Edad del Bronce. Su primer nombre pudo ser Besaro, al llegar los romanos la rebautizaron como Baesippo y a partir del siglo VIII los árabes la llamaron Besher. El municipio de Vejer fue declarado en el año 1976, Conjunto Histórico-Artístico por el enorme patrimonio que recibió de las importantes culturas que la habitaron.
Se destacan la Iglesia del Divino Salvador, ubicada en la parte más alta de la villa. Varios estilos se superponen en ella: el primer tramo es gótico, del siglo XVI; el segundo es parte de una anterior iglesia mudéjar (donde se combinan el arte árabe, el arte románico y el arte gótico) que no llegó a ser modernizada y la cual está emplazada, a su vez, sobre una antigua mezquita.
El Santuario y los celebres patios

También se destaca el Santuario de Nuestra Señora de la Oliva, cuya ermita se levanta donde antes había una basílica (consagrada en el siglo VII) que fue erigida sobre una villa romana de la que se tomaron además los materiales para la construcción. A mediados del siglo XIV se comenzó a venerar en la ermita a Nuestra Señora de la Oliva y es en el siglo XVIII cuando ve la luz el nuevo santuario de estilo neoclásico.
Otro de los atractivos turísticos son los Patios de Vejer, a los que se accede caminando por las calles del recinto amurallado dentro del que suceden, en seguidilla, antiguas casas construidas en torno a un patio vecinal. Hay alrededor de trescientas de ellas, algunas conservan el pozo, o aljibe, que abastecía de agua a las viviendas y están decoradas con profusión de macetas de barro o terracota desbordantes de coloridas flores. Cada primavera se engalanan aún más pues hay concursos comunales de balcones y fachadas.
Entre las delicias gastronómicas que se pueden disfrutar en Vejer de la Frontera están el gazpacho, el lomo a la manteca y el vacuno retinto, tres delicias para los amantes de la buena cocina.
¿Han visitado alguna vez Vejer de la Frontera? ¿Cuál creen que es su característica más bella?