Koh Samui es una singular isla tailandesa ubicada en el mar de China. No es singular por su falta de popularidad, puesto que los turistas la conocen desde hace diez años y es una de las islas más preciadas por ellos de toda Asia. Acceder a Koh Samui desde Europa no es nada difícil, porque muchas compañías ofrecen vuelos hacia Bangkok que se unen con la isla.
La singularidad de Koh Samui radica en su contraste entre desarrollo y vida autóctona. La isla se divide en dos partes. Una de ellas está completamente desarrollada, y es la que suelen elegir los turistas para visitar.
Me refiero a la parte derecha de la isla, donde el turista podrá acceder a todos los servicios de los que goza en su país de origen, puesto que la isla cuenta con Internet, cobertura móvil, hospitales, hipermercados y todas las necesidades que el nivel de vida de quien visita Koh Samui requiere. Además, sobre la costa de esta parte de la isla se puede disfrutar de una vida nocturna de lo más agitada. Numerosas discotecas y bares pueblan la costa integrándose en una fiesta nocturna.
Pero Koh Samui no se agota en esto. Las playas más hermosas y de aguas verdes acariciadas por un exquisito clima tropical se pueden visitar fácilmente. Pero también existen otras atracciones en este paradisíaco lugar. En Lamai, una de sus playas, dos singulares rocas se levantan atractivas: Hin Ta (piedra del abuelo) y Hin Yai (piedra de la abuela).
También puede accederse a los templos budistas de Koh Samui. El budismo en toda Asia es poseedor de arquitectura y monumentos excepcionales por su belleza y majestuosidad. Este lugar no es la excepción, y por eso lo recomiendo ampliamente.
El hospedaje en Koh Samui es accesible, y el turista puede alojarse en bungalows que cuestan desde los seis euros. Pero si prefiere glamour y comodidad también puede optar por los hoteles de la isla, que alcanzan tarifas de hasta trescientos euros.
Via | enasia