Mundo

Un oasis llamado San Pedro de Atacama

27 Abr 2007 – 11:00 AM EDT
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En el norte del extenso y fino país que es Chile se encuentra el único desierto de Suramérica, el desierto de Atacama, un lugar cada vez más popular entre los turistas que se lanzan a recorrer las rutas del continente. Y en el centro de este singular desierto encontramos un pueblo que es un oasis en la soledad del paisaje, San Pedro de Atacama.

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Llegar hasta San Pedro puede parecer difícil, pero una línea de autobúses conecta el pueblo con las principales ciudades del norte de Chile. Una vez en el encotraremos más de una posada y algunos hoteles dónde podremos quedarnos con precios algo altos en comparación con el resto del continente, pero aún baratos para el turista europeo.

Cuando estemos instalados, ya podemos prepararnos para conocer un lugar más que atractivo. Lo primero que recomiendo como siempre es salir a caminar sin un rumbo fijo por las callesitas de este pueblo encantador. Hablar con la gente y disfrutar de una arquitectura sobria pero pintoresca son cosas que no podremos dejar de hacer.

San Pedro es un centro cultural muy importante que aún conserva las raíces de la antigua cultura del Atacama. El museo sobre la cultura local es un excelente paseo para quienes quieran saber un poco más sobre la vasta historia de esta región. La Iglesia del pueblo y la casa colonial incaica son otros edificios que nos llamarán la atención por su original arquitectura.

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Pero San Pedro de Atacama es también el epicentro del turismo y de investigación arqueológica. A solo 12 kilómetros del pueblo está la aldea de Tulor, que data del 800 antes de Cristo y que está casi totalmente cubierta por la arena. Sólo una pequeña porción de esta aldea está al descubierto y es facinante ver como se ha conservado tan bien durante milenios, gracias a la protección que la arena le ha brindado.

Otro rumbo muy recomendable a las afueras de San Pedro son los géisers de Tatio, inmensos chorros de agua y vapor que salen de la tierra y en las primeras horas de la mañana alcanzan alturas sorprendentes que superan por lejos los 10 metros. Los geisers a su vez generan piscinas de aguas termales que generan un ambiente único.

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Y si de cosas únicas hablamos, lo mejor será visitar el Valle de la Luna, creado por una cadena de salares que generan un paisaje muy similar al del único satélite natural de la tierra. Un lugar hermoso que se presta para el retiro espiritual, la paz y el relax.

En fin, no queda más que tomar todo lo que nos proteja del sol, armar un buen equipaje para el desierto, y viajar a este lugar tan aislado y tan maravilloso que nos hará sentir en otro planeta, o al menos en otro tiempo.

Hay más información sobre San Pedro de Atacama en www.chilecontact.com

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