Vista del Alcázar de Toledo.
A bordo del encanto de Toledo, cualquier turista que llegue allí inevitablemente puede dejar de sentirse encantado por la belleza y magnitud de esta ciudad. Entre todas las bellezas que la pueblan, destacan sobremanera sus encantos religiosos, y hoy proponemos una breve visita a tres íconos religiosos de la ciudad.
Comenzamos hablando del principal, la Catedral de Toledo. Se trata de un templo del siglo VI, pero que en tanto iglesia cristiana sus orígenes datan del siglo XIII. Su planta cuenta con cinco naves y mide 120 metros de largo por 59 de alto.
Entre sus más destacados elementos se encuentra el retablo de la Capilla Mayor, con escenas del nuevo Testamento y esculturas policromadas. Realizado entre 1497 y 1504 constituye una de las más hermosas muestras de arte religioso de Toledo. El coro, sin embargo, lo supera incluso a él. Estamos frente a uno de los más hermosos coros de la cristiandad, y por supuesto al atractivo más importante de la catedral.

Fachada de la catedral.
El Alcázar de Toledo también está entre los monumentos religiosos más llamativos. Sede actual del Museo del Ejército, data de la época romana. El arquitecto Alonso de Covarrubias es artífice de su aspecto actual, con una fachada renacentista, otra plateresca, otra medieval y otra churrigueresco.
Finalmente, la Mezquita del Cristo de la Luz es otro monumento imperdible a visitar si se viaja a Toledo. Éste data del año 999, y tiene planta cuadrada con fachada de ladrillo y arquerías. Sus arcos de herradura sostienen una bóveda califal con un marcado estilo árabe.