Viajar es un gusto que muchas personas compartimos. Unos lo hacen más, otros menos, pero cada oportunidad que se nos presenta para hacerlo no dudamos de subirnos a ese avión sin importar el destino que tenga.
La posibilidad de descubrir nuevos sitios, entrar en contacto con culturas diferentes y relajarse siempre es muy bienvenida.
Y estas son las principales enseñanzas que viajar me dejó:
Hay un descubrimiento interno
Principalmente cuando viajé de manera independiente, descubrí muchos aspectos de mi que no conocía. Pude defenderme en varias situaciones que nunca antes había enfrentado y jamás creí que sería capaz.
Una persona más fuerte
La persona que se fue, sin duda, no fue la misma que volvió. Es decir, cuando me emprendí en un viaje sola jamás imaginé que me fortalecería como persona, ya que me vi obligada a hacer cosas difíciles y lidiar con desafíos que se fueron presentando.
Enriquecimiento
Sin importar el destino, es clarísimo que la cultura con la que entras en contacto es muy diferente a la tuya. En mis experiencias, no conocí culturas extremadamente diferentes. Sin embargo, descubrí que hay muchísimos modos y costumbres que difieren en varias partes del mundo y nunca me hubiera imaginado.
La mejor manera de renovarse
Algo que descubrí luego de varias experiencias de viajes, fue que si una se encuentra estresada o preocupada, lo mejor que puede hacer para aliviar el estrés es viajar. Ya que al trasladarnos a un territorio donde todo lo que nos rodea es completamente nuevo, olvidamos nuestra rutina y se despierta nuestra curiosidad.
El dinero mejor gastado
En lugar de comprar zapatos y prendas que no necesito, tomé la decisión de que mi dinero se vería mejor invertido en boletos de avión, entradas a museos, espectáculos, y todos los gastos que un viaje involucra.
Es una inversión en mi aprendizaje sobre el mundo y sin lugar a dudas me aporta muchísimo más que llenar mi ropero de objetos.
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Te permite saber lo que quieres
Viajando descubrí que tal vez en mi rutina diaria habían cosas de mi misma que inhibía, principalmente sueños y metas. A través de un viaje a mi ciudad favorita, descubrí que no debemos ocultar y mucho menos ignorar todo aquello con lo que soñamos ser y lograr en la vida.
Y cuando te encuentras fuera de tu realidad, es un momento en que todo eso que deseas parece más alcanzable.
Repetir destinos
Muchas personas tienen la concepción de que volver una y otra vez al mismo sitio es un desperdicio habiendo muchos otros. Sin embargo, considero que si una se siente muy identificada con determinada ciudad, debe volver todas la veces que desee.
Si hay una necesidad de regresar, es porque ese lugar todavía guarda muchas sorpresas para nosotros.
¡Jamás rechaces un viaje!
Es comprensible que hoy en día con tantas responsabilidades, encontrar un momento adecuado para viajar se convierta en un trabajo complicado. Sin embargo, muchas veces pueden surgir posibilidades espontáneas y excepcionales de viajar que de seguro no volverán a presentarse.
A menos que sea un tema de vida o muerte, ¡acéptalo! No debes dejar pasar ninguna oportunidad de viajar, de seguro no te arrepentirás de haber accedido.
En mi opinión, esta actividad sin importar cuán lejos sea o el tiempo que dure, es necesaria para todas las personas. Es la única manera de conocer el mundo en el que vivimos y entrar en verdadero contacto con la vida real y nosotros mismos.
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