
Portugal es un país que nos tiene acostumbrados a paisajes espectaculares y una riqueza arquitectónica sin igual, conjugando ambos elementos de una forma asombrosa que logra crear lugares simplemente únicos, siendo uno ellos Sintra, la ciudad de los palacios.

Aunque muchos dudan en denominarla ciudad, prefiriendo el calificativo de pueblo, lo cierto es que Sintra es dueña de una belleza que en muchas ocasiones hace envidiar a la misma Lisboa, de la que se encuentra a apenas 30 kilómetros.
Pero aunque esta última acapara desde antaño la categoría de capital de Portugal, Sintra tuvo el privilegiado de albergar la residencia de verano de la familia real portuguesa, lo que equivale a decir que también se convirtió en el punto preferido de toda la nobleza lusitana para pasar el estío y disfrutar de sus momentos de recreo.
Y a este hecho histórico se debe que la ciudad de Sintra, pese a su tamaño reducido, posea una asombrosa colección de palacios y residencias nobiliarias de tan suntuosa arquitectura y decoración que podría dejar ensombrecida a muchas “ciudades imperiales”. Por esto mismo, y teniendo en cuenta que el tiempo siempre es tirano, y mucho más durante las vacaciones, a continuación te enumero algunos de los palacios de Sintra que no puedes dejar de visitar.
Quinta da Regaleira
Más conocido como el Palacio de Monteiro el Millonario a causa de la historia de su extravagante propietario, esta residencia sin dudas es una de las más exquisitas de toda Sintra, por lo que te recomiendo recorrerla en primer lugar y con tiempo suficiente para deleitarte con el conjunto urbanístico compuesto por apacibles lagos, hermosas fuentes ornamentales y un parque en extremo bucólico y acogedor, lleno de rincones íntimos y tranquilos que invitan a la relajación.
Palacio Nacional de Queluz
Con este precioso ejemplo del estilo rococó nos remontamos a la vida aristocrática del Portugal del siglo XVIII, un período caracterizado por la vida cortesana donde bailes y fiestas se daban continuación día tras día. El Palacio Nacional de Queluz es un excelente ejemplo de los escenarios que dieron lugar a esos momentos propios de la nobleza, y sobre los cuales los relucientes y decorados salones, así como las bellísimas dependencias para invitados y espacios comunes, dan una mejor idea de la verdadera fiesta que era Sintra por aquellos días.
Palacio Nacional de Pena
Este es sin dudas el icono palaciego de Sintra, y por qué no, de todo Portugal, aunque dista de ser el más bello. Pero debe admitirse que su intrincada arquitectura, donde se interponen varios estilos que se fueron aplicando a capricho del rey del momento, no deja de armonizar con la rebelde geografía que caracteriza a Sintra, que aunque dificulte la orientación y el desplazamiento, los paisajes maravillosos que brinda compensan cualquier inconveniente que pueda causarnos.
Y es esta conjunción entre los estilos y la naturaleza que le han dado un toque especial al palacio Nacional de Pena. Esto permite que todo visitante se maraville con la curiosa combinación de colores y recursos arquitectónicos que dan la sensación de trasladarse a múltiples escenarios, a medida que se recorren sus salones, patios, torres o jardines.
Castillo de los Mouros
Enclavado en un promontorio y rodeado de verdes bosques, el Castillo de Mouros simula una fortaleza de tiempos mitológicos, con sus murallas que parecieron ascender al cielo. Su antigüedad data del siglo noveno y supo tener un origen morisco, debido al cual pose un estilo arquitectónico simple y sobrio, sin que ello le quite cierta elegancia a este bonito conjunto que parece fundirse en la naturaleza. Por supuesto, el castillo de Mouros también integra la lista de Patrimonio de la Humanidad.
Pero además de todos estos castillos y palacios, Sintra cuenta con otras residencias, como el Palacio Nacional de Sintra, el palacio de Monserrate o el de Seteais, cada cual más bonito que el otro y llenos de rincones increíbles que invitan a su descubrimiento.
Sin lugar a dudas que si pasas por Portugal, no puedes dejar de visitar a Sintra, la ciudad de los reyes lusitanos.