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¡Será mejor que ni se te ocurra llegar tarde en este país!

9 Ago 2016 – 03:16 PM EDT
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Cada país reúne particularidades que le son propias y que lo convierten en único. Tenemos naciones de personas muy altas y unos pocos, o más bien uno sólo, en el que la puntualidad es un aspecto determinante en la vida de los ciudadanos y se ha convertido incluso en uno de sus rasgos culturales e identitarios más característicos.

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¿Sabes a qué país me refiero? Una pista: sus relojes son los más famosos del mundo...

Cuando la puntualidad es una tradición

Quedar con alguien a las 6 de la tarde en cualquier punto de Suiza supone hacerlo a las 6 en punto, no a las 6.05. Una costumbre que se extiende a lo largo del considerado como país más puntual del mundo, tal y como lo consideran quienes han vivido en él, aunque ningún estudio haya arrojado comprobaciones oficiales de ello pues, a diferencia de otros aspectos, el tiempo es algo intangible.

A su vez, Suiza es un país famoso por sus relojes, que comenzaron a invadir las casas de la nación europea en el siglo XVI.

¿Otro dato curioso? La Torre del Reloj de Berna luce un reloj astronómico al que, desde 1530, se le sigue dando cuerda... ¡a mano!

El absoluto control del tiempo abarca los encuentros sociales, los horarios de los trenes que apenas se permiten unos segundos, la apertura exacta de las tiendas y la precisión de los relojes, que convierten a Suiza en la meca de la puntualidad.

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Y sí, este país, a diferencia de otros muchos en los que llegar tarde es costumbre (hola, España), puede presumir del control del tiempo como un necesario arte a la hora de funcionar bien, de armonizar su sistema

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Un país de buenas (y dulces) costumbres

Suiza es, posiblemente, uno de los países más ejemplares del mundo. A su hincapié en la puntualidad y la optimización del tiempo habría que sumarles su perfecta manipulación del medio, con datos tan reveladores como su capacidad subterránea para acomodar a toda la población del país en caso de darse una guerra nuclear.

En cuestión de justicia, la democracia en Suiza es también una de las mejores del mundo; cada nueva ley emitida por el Parlamento puede ser revocada si se alcanzan hasta un total de 50 mil firmas por parte de los ciudadanos en el plazo de los 100 días siguientes a la aparición de la misma. 

Respecto al famoso chocolate, Suiza es el mayor consumidor del mundo con 11 kilones ingeridos por persona al año. 

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Con estos datos, no es de extrañar que la población suiza sea la que ostenta la esperanza de vida más alta del mundo según un último análisis realizado en 2016, con una media de 81.3 para los hombres y 85.3 para las mujeres. ¿Será que el chocolate tiene algo que ver?

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