En un par de ocasiones hemos tenido la oportunidad de hacer mención breve y superficial (una hablando de islas, otra hablando de playas) a un famoso destino griego: la isla de Santorini. Hablemos, en realidad, no de la isla en sí, sino que de un punto de atracción turística que llama la atención: su playa de arenas rojas.
La playa de Santorini se ubica en la isla homónima, sobre la región de Akrotiri, y destaca no sólo por su pintoresca locación y por estar al borde de las azules orillas del Mar Egeo, sino que por tener la particularidad de que sus arenas son rojas.
Aquí el accionar geológico y volcánico han jugado su papel, coloreando las arenas en tonalidades que contrastan maravillosamente con el azul del Egeo, y, aterciopeladas por el sol, las arenas de Santorini constituyen un magnífico lugar para descansar.
Los problemas de esta playa son dos. El primero, el calor. Las arenas rojas no contribuyen mucho como aislante, y por ello están bastante calientes. El segundo, la gente, que llega de todas partes del mundo para pasar unos días en este bonito balneario griego.
Como alternativa, si esto te molesta, puedes dirigirte a la Playa Roja de Creta, que si bien no tiene arenas del todo rojizas, tienen más fuerte tonalidad que las arenas blancas a las que estamos acostumbrados. Ah: Ten en cuenta que es es una playa nudista.