La esvástica, que actualmente es considerada un símbolo nazi, tiene una larga historia detrás, relacionada a muchos conceptos positivos que nada tienen que ver con el odio o la discriminación.
La realidad es que, aunque la esvástica fue, durante mucho tiempo, usada por muchas culturas antiguas, los estragos causados por el nacionalsocialismo alemán nos han hecho olvidar cuáles eran las raíces reales de este símbolo. Pero es un buen momento para conocer su verdadera historia.
La esvástica en las culturas más antiguas
La palabra «esvástica» proviene del sánscrito, una de las lenguas clásicas de la India más documentadas. En ese contexto, la palabra quería decir « bienestar», « buena suerte» o « mucho éxito».
En el budismo, la esvástica era usada como representación de las huellas de Buda. Por ello, era empleada en la ropa de los niños como protección frente a los malos espíritus. La palabra, por sí misma, era usada en referencia al todo o a la eternidad.
En el jainismo, funcionaba como una especie de símbolo para rituales religiosos, destinados a encaminar al alma hacia un estado divino de libertad.
En varias iglesias de la Antigüedad, los cristianos usaban a la esvástica como una forma de esconder la cruz para evitar la persecución.
En lo que respecta a la rueda zodiacal, era empleada como símbolo del tránsito de una reencarnación a la otra, en el semicírculo que va desde Piscis hasta Virgo.
Por otra parte, en el hinduismo se la usaba con los brazos apuntando tanto a la izquierda como a la derecha para señalar polos opuestos, como la luz y la oscuridad. No obstante, se la utilizaba también para simbolizar a la reencarnación del alma. Incluso, en la religión monoteísta del visnuismo, se señalaba que ese símbolo se encontraba eternamente en las manos de su dios, Visnú.
En las antiguas culturas de la Mesopotamia, estaba presente tanto en monedas como en mantas. Incluso, se la usaba como un patrón para darles forma a prendas o construcciones arquitectónicas de la época. En varias vestimentas de la antigua Europa, como en algunas vestimentas vikingas, se puede encontrar la esvástica.
La esvástica, a comienzos del siglo XX, comenzó a ser usada como símbolo de la buena suerte, como ahora usamos al trébol de 4 hojas. Incluso, empresas u organizaciones usaban a la esvástica en sus logotipos. Coca-Cola presentó una vez a su nuevo producto con una esvástica, e incluso algunos boy scouts se representaban con ella.
En el norte de Canadá, hubo una comunidad minera que llevaba su nombre, además de que varios pueblos contaban con equipos de hockey con su nombre en inglés. Incluso, en Terranova, un sello de 1 dólar llevaba una esvástica para rememorar momentos importantes de los viajes transatlánticos.
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¿Por qué reivindicarla?
La esvástica, que durante mucho tiempo estuvo asociada a conceptos positivos, se ha convertido, después de lo que fue el nazismo, en un símbolo de violencia y odio. Los nazis la usaron como una forma de conectar a su población con culturas antiguas, para fortalecer la idea de supremacía histórica que derivó en la xenofobia.
Permitir que ese símbolo, que para muchas personas fue un símbolo de buena suerte o bendición durante tanto tiempo, sea en la actualidad un referente del odio significa perder una partida contra la cultura de la violencia, permitir que el nazismo cumpla lo que se propuso. Supone eliminar miles de años de historia de diferentes culturas a causa de una corta época oscura de la humanidad.
Es probable que ninguno de nosotros comience a usar a la esvástica como una señal de buena suerte o una señal de vibras positivas, y quizás no es lo deseable, teniendo en cuenta que a todos nos recuerda un pasado doloroso. Pero, conocer el significado antiguo que tiene y reivindicar su historia positiva es una buena forma de cambiar nuestra concepción sobre ella. Y una forma de evitar que la cultura del odio elimine la historia milenaria de cientos de culturas detrás de este símbolo. Somos los humanos quienes, con nuestra mirada, le damos el verdadero significado a las cosas.
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