La Rivera Maya en Yucatán, en México, puede aparentar ser el típico destino turístico de playa. Sin embargo, para los fanáticos de la espeleología, exploradores de cuevas y cualquier otro al que le guste la aventura, su belleza está bajo la superficie.
La selva tropical de Yucatán es hogar de uno de los ríos subterráneos más grandes del mundo, con 153 kilómetros de extensión. En algunas zonas la tierra se hundió y cubrió el río, dando origen a los cenotes.

Río Secreto, antes conocido como Pool Tunich, es uno de los ríos subterráneos de la región. Ubicado a unos kilómetros de Playa del Carmen, se caracteriza por ser una cueva semi-inundada. Esto facilita que aquellos que no son expertos en buceo puedan disfrutar de una experiencia similar. El agua no es tan profunda, llegando solo al nivel de la cintura. Los visitantes visten traje y botas de neopreno, además de un casco, para poder atravesar el recorrido de dos horas. Los guías expertos llevan a los visitantes a lo largo de cuevas con estalagmitas alrededor, y puedes nadar en áreas más profundas para experimentar un poco de lo que se trata la espeleología. El sistema de cuevas está cubierto por candelabros de estalactitas y formaciones de helictita, que forman estructuras que parecen cubiertas de nieve.

Río Secreto es una de las maravillas naturales más importantes de México, considerado la mejor atracción verde de México y Centroamérica por segundo año consecutivo. Además de ser un sitio turístico, es un sitio con gran relevancia histórica y geológica. La creación de sus estalactitas es un proceso que tarda miles de años, por lo que también es un lugar atractivo para estudios geológicos.