Katmandú es la ciudad más grande (y tal vez la única) en Nepal. Situada en un valle homónimo, fue declarada en 1979 como Herencia Mundial por la UNESCO. La ciudad entera es considerada un museo al aire libre, con cientos de templos medievales, palacios, santuarios y estatuas a lo largo de las calles. Katmandú ha sido foco de atracción para viajeros desde que abrió por primera vez sus fronteras en 1950. Desde entonces muchos de ellos van en busca de iluminación.
Es recomendable visitar Katmandú en la época de las festividades del Indra Jatra, a finales de agosto o inicios de septiembre. En la festividad se honra a los difuntos, además de rendir tributo a las figuras divinas de Dagini e Indra. De acuerdo a la leyenda Indra, el dios de la lluvia fue capturado en el valle de Katmandú después de robar una flor de su madre, Dagini. Después fue liberado cuando Dagini reveló su rostro a los captores. Después de liberarlo, Dagini prometió esparcir rocío sobre los cultivos y llevar a los cielos a aquellos que murieron un año antes.
Para comenzar, puedes hacer una visita cultural al templo budista de Swayambhunath. Ubicado en la cima de un cerro, el templo también es conocido como el Templo de los Monos, debido a la gran cantidad de monos que pasean por los interiores del templo. Otro sitio interesante para visitar es el Palacio Real de Hanuman Dhoka. Construído por el rey Patrap Malla en el siglo XVII, ahora se encuentra abierto al público. Además de poder visitar el interior del edificio y los patios, se pueden ver pertenencias del rey en exposición.

Otro lugar recomendable para visitar es el Palacio de Kumari Ghar. Desde el siglo XVIII, el lugar es residencia de la diosa viviente Kumari, una mujer joven que es adorada por los hindús nepalís como encarnación de la diosa Taleju.