¿Gastrofísica? ¿De qué diantres estamos hablando? Seguro alguna vez escuchaste sobre los trucos psicológicos que te hacen las grandes marcas para que compres sus productos con todo tipo de estrategias de marketing, ¿no? Bueno, la gastrofísica es algo similar, pero al revés. ¿Quieres saber de qué se trata? Pues continúa leyendo.
¿Gastrofísica? ¿Qué es?
En español no es un término para nada conocido, pero en el inglés sí se ha difundido bastante. Gastrophysics es una nueva «disciplina» (y nótese que lo pongo entre comillas, porque no es una disciplina científica consolidada) que se dedica a investigar sobre los sabores de las comidas y cómo se combinan para generar una mejor percepción del gusto.

La gastrofísica es una disciplina que reúne, a la vez, a varias disciplinas: desde psicólogos y neurocientíficos hasta especialistas en marketing y economía. Según Charles Spence, pionero en el tema de la gastrophysics, el equipo de especialistas no estudian el gusto de los alimentos, sino más bien su sabor ya que, técnicamente, el gusto solo sucede en la lengua, mientras que el sabor es parte de un efecto integral para la persona.
En otras palabras, lo que estos científicos quieren estudiar, es de qué modo interactúan los alimentos para determinar el modo en que percibimos los sabores. Interesante, ¿no lo crees? Sin dudas hay mucho de todo esto que no es más que sentido común y algunos de sus hallazgos ya fueron comprobados mucho tiempo antes; pero vale la pena volver a mirarlo desde una perspectiva científica.
- Ver también: «11 alimentos que deberías evitar ahora mismo»
5 principios básicos de la gastrofísica sobre cómo percibimos los sabores
Los especialistas tienen algunos consejos que nos pueden ayudar disfrutar más nuestro alimento de todos los días. Al contrario de los trucos psicológicos que usan las grandes compañías insdustriales, estos científicos quieren compartir todos sus hallazgos con notros.
#5 Más caro, más gustoso
Los científicos probaron que cuanto más hemos pagado por un platillo, más sabroso lo sentimos. Esto quizás tenga que ver con la idea de que para haber gastado tanto dinero, la comida tenga que, si o si, valer la pena. A su vez comprobaron que el peso de los cubiertos también está relacionado con la percepción de calidad del alimento. Así, los lugares más costosos y la platería más lujosa tienden a hacer más sabrosa la comida.
#4 No comas mientras mires películas tristes
Puede parecer algo de bastante sentido común, pero es interesante que los científicos lo hayan comprobado con un experimento. Los participantes eran dispuestos a ver una película dramática o una de acción aleatoriamente. Aquellos que miraron la película triste comieron un 55% más de palomitas de maíz que quienes miraron la película de acción.
#3 No comas con demasiada gente
Cuando comes acompañado de una persona, comes un 35 % más que cuando comes solo. Cuando comes con tres personas más, un 75 % más y cuando comes con más de siete personas comes el 100 % más de lo que comerías habitualmente, es decir el doble. Esto tiene que ver con la variedad de comida que tienes disponible, cuando comes en grupo hay más comida y por lo tanto comes más.
#2 El que elige primero elige mejor
Si vas a comer con una persona, anímate a elegir primero. Si la otra persona justo desea comer lo mismo que tu ibas a pedir, automáticamente cambiarás de opinión y acabarás eligiendo algo que no es óptimo para ti. Este fenómeno se llama «necesidad de singularidad»: nadie desea pedir lo mismo que la otra persona, a menos, claro, que sea para compartir. Así que ya sabes, si tienes algo en mente anímate a pedirlo primero para no tener que pedir otra cosa.
#1 Los ojos le ganan al paladar
El gusto es un sentido maravilloso pero muy fácil de engañar. Los científicos realizaron un pequeño experimento con catadores experimentados y lograron engañarlos por completo. Les dieron a probar un vino blanco y los catadores lo describieron a la perfección. Luego les dieron a probar el mismo vino blanco pero con tintura rojiza y bajo una iluminación ambiente también rojiza, y los catadores lo describieron cual si fuera un vino tinto, pero estaban completamente equivocados.
Interesante, ¿no lo crees? ¿Sabías que el modo en que percibimos los sabores está tan condicionado por otros factores, además del propio gusto?