El glamping nace en el siglo XX sobre todo en viajes de ricos europeos a la gran sabana africana. En aquellos lugares resultaba imposible tener casas como las propias, y se optaba por imitar a los pueblos nativos del sitio y a sus propias viviendas. Así nacieron precisamente los muchos tipos de tiendas que se utilizan a día de hoy en esta particular forma de viajar en la que el glamour, pese a ir de camping, va por delante de todo.
Servicios a todo dar

Pese a que glamping en sí mismo sea camping, lo cierto es que los servicios que se ofrecen en este tipo de alojamiento suelen ser de hoteles de cuatro estrellas y superior. Camas king size, vistas en el techo a las estrellas, muebles de diseño, servicios en la tienda accesorios, y un montón de comodidades pensadas para que te olvides que estás de camping, que disfrutes de tu estancia y que imagines cómo la naturaleza se funde contigo.
Porque la idea es disfrutarla, sin renunciar a ninguna de nuestras comodidades mundanas.
Un paisaje envidiable

El hecho de que se trate de tiendas de campaña, aunque no lo parezcan por el gran espacio del que disponen en su interior hace que en realidad se conviertan en la opción ideal para los que a pesar de amar la naturaleza, reconocen que dormir en apenas los metros que se ocupan tumbado no es para ellos. Aquí no te falta de nada, y el paisaje es totalmente natural.
La palabra glamping viene precisamente de unir glamour con camping, y lo cierto es que se define en sí misma la esencia de esta tendencia en viajes que por momentos tiene más y más seguidores en todo el mundo, auspiciados también por el hecho de que cada vez son más las empresas que ofrecen este tipo de servicio y porque resultan más económicos que los hoteles, pero igual de confortables. Así que si te apetece vivir una experiencia camping muy diferente a las habituales, el glamping es lo que tienes que probar.