Cuando vas a un concierto o una obra de teatro, luego de escuchar un discurso o una conferencia y luego de culminado cualquier evento público, aplaudes. Es casi instintivo, ¿no? Simplemente comienzas a golpear tus manos produciendo un sonido abstracto, sin un tono demasiado definido y poco armónico. Pero, ¿por qué lo hacemos? ¿Cuál es la historia detrás de los aplausos?
Nos pusimos a investigar sobre este tema y encontramos este fantástico vídeo de Vsauce que da una explicación bastante convincente: el aplauso es la forma social del reconocimiento. Aplaudimos para indicar a un artista que nos gustó su actuación, aplaudimos para celebrar algo y para indicar que algo nos gusta. Pero, seamos sinceros: no todo lo que aplaudimos nos gusta, excita o emociona.
El aplauso es un gesto colectivo, impersonal, que no tiene relación directa con que opinamos subjetivamente sobre la calidad de lo que vimos o escuchamos. Veamos el vídeo para profundizar un poco más:
(Subtitulado por Michael Pérez)
Lo más interesante de todo esto, según mi punto de vista, es la relación entre el aplauso «físico» y el aplauso virtual ( likes, shares, retweets, etc) ¿no lo crees? Si el aplauso es un gesto colectivo que «despersonaliza» y a la vez «democratiza» la aprobación del público, los «aplausos virtuales» deberían hacer lo mismo, ¿no?
Pero justamente, allí está lo más impresionante de todo: cuando «aplaudimos» en las redes sociales personalizamos la aprobación ya que somos nosotros, nuestros nombres, nuestros perfiles. Personalmente nunca lo había pensado de este modo. ¿Tú qué opinas al respecto?
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