Toda ciudad tiene su residente famoso, alguien que obviamente será destacado dentro de varios edificios y hasta tenga su nombre en alguna placa de la ciudad. En el caso de Oslo, que además tiene el prestigio de ser la capital y ciudad más grande de Noruega, no sólo una figura histórica, sino dos, nacieron en la zona. El legado cultural de estas dos figuras, el escritor Henrik Ibsen y el pintor Edvard Munch, se reproduce en toda esta magnífica ciudad, con edificios más que destacables, y un ambiente ideal para todos los fanáticos del arte y de la modernidad. Conozcamos un poco más de la riqueza cultural de esta ciudad, para que puedas visitarla en tus próximas vacaciones en Noruega.
Museos de Oslo
¿Cómo preservar el legado cultural de aquellas figuras históricas proveniente de la ciudad? Con museos, gran cantidad a lo largo de Oslo, tanto que el gobierno noruego lanzó una tarjeta especial en la que pueden visitar la mayor parte de estos edificios gratis y sin problemas, con entradas múltiples a cada sitio y, como si eso fuera poco, también da acceso gratuito al centro de esquí de Holmenkollen y viajes gratis en el transporte público.
Este pase les permitirá entrar al Museo Munch, en donde encontrarán pinturas del artista; y el Museo Ibsen, pequeño pero muy relevante para los fanáticos del autor.
Aquellos que disfruten de la historia bien antigua, particularmente los vikingos y sus impresionantes navíos, disfrutarán del Museo de Navíos Vikingos, que no sólo contiene los transportes sino que además armas y otros tesoros encontrados dentro de éstos o por la zona.
Si vieron el film Kon-Tiki y les gustó, pueden visitar el museo del mismo nombre, que alberga todo lo relacionado a este importante evento histórico noruego. En el Museo Nacional de Oslo podrán encontrar obras de todo tipo, divididas en categorías diversas, y hasta encontrarán más pinturas de Munch que no están en su museo individual.
Otros lugares de interés en Oslo
Fuera de los museos, un sitio que recomendamos ampliamente es la Ópera de Oslo, una construcción ganadora de muchísimos premios a lo largo de su historia, que realmente luce maravillosa y más si se la ve de lejos, ya que con su forma símil a un glaciar, pareciese que flota por las costas de la ciudad. Como si su belleza de lejos y de cerca fuese poco, durante el verano está permitido que nos subamos al techo del edificio y veamos la ciudad en su totalidad, una vista que muchos alardearán luego con sus conocidos.
Los fanáticos del aire libre y la naturaleza no deben mirar más allá del Parque Frogner, que se distancia brevemente del centro urbano, y que es un lindo descanso luego de varios días recorriendo la capital en su extensión. El parque está repleto de esculturas que realmente no son muy queridas entre los locales, por lo que no habrá inconvenientes si quieren fotografiarse junto a éstas. De todos modos, sugerimos que continúen recorriendo la ciudad, ya que está llena de gratas sorpresas a descubrir.
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