Mundo

Olvida al megalodón: este tiburón es igual de terrorífico y aún vive entre nosotros

22 Ago 2018 – 06:54 PM EDT

Los tiburones son material de leyendas, pesadillas y películas extrañas como Sharknado o El tiburón de tres cabezas. Estos majestuosos e incomprendidos animales están rodeados de mitos, sobre todo debido a criaturas aterradoras como el megalodón. Pero fantasía y dinosaurios aparte, existe otra especie marina que continúa sorprendiendo por su peculiar apariencia.

Publicidad

El tiburón peregrino (Cetorhinus maximus) es el segundo pez más grande del mundo, después del tiburón ballena. Su largo va de los 6.7 a los 8.8 metros, y su peso promedio ronda en las 6 toneladas, como señala la organización Arkive de conservación animal.

an image

Al igual que el tiburón ballena, su pariente peregrino se alimenta del plancton que atrapa al filtrar el agua a través de sus branquias. Por esta razón recorre los mares del mundo con la boca abierta, lo que le da su imagen tan característica. Eso junto con la forma de su cuerpo que asemeja a la de un cono.

En 1977 se encontró un enorme esqueleto en Nueva Zelanda que sorprendió tanto a los pescadores y a los habitantes que incluso creyeron que se trataba de un monstruo marino, o hasta de un plesiosaurio. Los análisis de los expertos concluyeron que se trataba del cadáver de un gran tiburón, probablemente de uno peregrino.

an image

No se sabe mucho acerca de su comportamiento, pero sí está confirmado que no representa ningún riesgo para el ser humano. Arkive explica que, por lo general, son animales solitarios, aunque se han llegado a encontrar grupos de hasta 100 ejemplares.

Publicidad

Lo más misterioso del tiburón peregrino es que desaparece durante el invierno. El resto del año se le encuentra cerca de las costas, pero en la temporada de frío no se le observa por ningún lado. Una teoría propone que ellos hibernan durante esta época en aguas más profundas.

Otra curiosidad del tiburón peregrino es el gran tamaño de su hígado, el cual puede representar hasta el 25 % de su peso total. Incluso hasta los ayuda a flotar. Aunque estos gigantes son inofensivos para las personas, las personas no lo somos para ellos.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza clasificó al tiburón peregrino como una especie vulnerable, y la cantidad de ellos en vida salvaje continúa disminuyendo. El mayor culpable de ello es la cacería, la cual los utiliza para la industria del aceite de hígado de tiburón. También se emplea su piel para crear cuero y su carne para venderla como alimento.

Te recomendamos:

Publicidad