Tierra de ensueño, Monastir ofrece no sólo auténticos privilegios a los arqueólogos, sino también a todos sus visitantes. En efecto, Monastir es un verdadero oasis de hermosas playas de arena blanca y de aguas turquesas.
Ya en la Antigüedad, la ciudad de Monastir era muy apreciada por las grandes potencias romanas, árabes y bizantinas, puesto que estaba en el cruce de vías terrestres y marítimas. Situada en el sureste del Golfo de Hammamet, esta península representa un verdadero tesoro para los arqueólogos.
Bellezas históricas de Monastir
Muchos vestigios de aquella época son todavía visibles en Ettnir, como las termas y los mosaicos romanos que datan de al menos una decena de siglos antes de nuestra era. Pero otros más antiguos se han descubierto también en Sidi Ghedamsi, como los Haouanets prehistóricos o unas cisternas y un cementerio de la época romana y vándala.
Varios monumentos históricos de Monastir siguen en pie como el Mausoleo Bourguiba o la Gran Mezquita cerca de Ribat que destacan por sus dimensiones y sus tesoros arquitectónicos.
Otro de los vestigios del pasado es el Ribat de Monastir, situado cerca de Cap Monastir y de la cornisa. Esta fortaleza fue edificada entorno al año 796 después de JC por la dinastía de los Fatimidas, para convertirse en una defensa frente a los ataques marítimos.
Playas y atractivos turísticos de Monastir
Pero Monastir dispone también de hermosas playas de arena blanca con aguas turquesas. Se trata ciertamente de un auténtico paraíso para las estaciones balnearias. Tomando conciencia de este privilegio natural, se han desarrollado muchas actividades. Cerca de cincuenta hoteles se han construido a lo largo de la costa para acoger a unos 30.000 turistas.
Los visitantes se ven seducidos por las actividades de ocio que se pueden practicar. Para quienes buscan un mayor descanso están el centro de talasoterapia y los clubes de submarinismo, así como varios campos de golf. Para los noctámbulos, en Cap Monastir y a lo largo de toda la cornisa, existen muchos night clubs en función de cada gusto.
En Monastir se puede combinar descanso con trabajo. La ciudad dispone de las infraestructuras necesarias para realizar reuniones en el Palacio de Congresos que es capaz de albergar a un millar de personas y ofrece además tres salas de comisión, cabinas y traducciones con todos los dispositivos técnicos de alta gama. También hay hoteles que ofrecen la posibilidad de realizar todo tipo de reuniones de trabajo.
Para las compras de souvenirs en Monastir, el mejor lugar es La Medina, que es el antiguo Monastir transformado en souk. Allí se venden magníficas alfombras persas, joyas de plata y de cuero.
A Monastir es fácil llegar: bien por vuelo directo semanal gracias al aeropuerto internacional de Habib Bouruiba, bien por barco hasta alcanzar el Marina Cap Monastir.