
Las Montañas Akakus se encuentran dentro del Distrito de Ghat (al este de la ciudad homónima, ubicada a casi 700 metros sobre el nivel del mar) en la zona suroeste de Libia, adentrándose en el Desierto de Sahara, al norte del continente africano. Se extienden a lo largo de cien kilómetros de norte a sur y pueden ser recorridas en excursiones de cuatro o cinco días en camello o bien en modernos vehículos con tracción en las cuatro ruedas.
Arte en las rocas
La ciudad de Ghat es un importante destino turístico gracias a la existencia de gran cantidad de pinturas rupestres y petroglifos tallados en las rocas que se hallan en las vecinas cadenas montañosas de Akakus y de Tassili N’Ajjer (en Argelia); aunque la principal atracción del pueblo en sí es la Fortaleza de Ghat, más conocida como Koukemen.
Las pinturas datan de aproximadamente doce mil años y nos muestran cómo era la vida en esa época de la humanidad; muchos de los animales que pueden observarse dibujados o tallados en la roca ya no existen siquiera en la zona, como las jirafas, elefantes, cocodrilos, hipopótamos y avestruces.
Estas especiales montañas presentan una increíble variedad de paisajes, dunas con distintos colores de arena, arcos labrados por la erosión del viento (los más grandes de los cuales son el Afzejare y el Tin Khlega), rocas aisladas de formas extrañas y profundos barrancos que reciben allí el nombre de wadis (de norte a sur: Wadi Tashiwinat, Wadi Anshal, Wadi Tanshal y Wadi Ayada que es la entrada más meridional); y, a pesar de ser una de las regiones más áridas del Sahara, hay bastante vegetación, debido tal vez a los varios manantiales y pozos presentes en ellas.
Arcos descomunales
El punto más conveniente para adentrarnos en las Montañas Akakus es el pequeño poblado de Al Uwaynat, por el que pasa la carretera que une Ghat (a 145 kilómetros) con Sabha (a 434 kilómetros). Entre algunas de las maravillas que se pueden observar en el paseo están el Arco Forzhaga, cerca de la frontera con Argelia, que mide 34 metros de alto por 45 de ancho; el Arco Fezzi Jaren, que tiene tres aberturas sostenidas por finos pilares naturales, de diez metros de alto por un ancho total de dieciocho; el Arco Awes de diez metros de ancho por apenas tres de alto y el llamativo Tine Lopo de doce metros por catorce.
El acceso sudeste está en Takharkhouri, aunque técnicamente ya no forma parte de las Akakus sino de la Cadena Montañosa de Messok Millet. Wadi Anshall y Wadi Tanshal son paralelos y están más o menos en el centro de la cadena, es en ellos donde hay mayor cantidad de pictogramas y en el extremo norte se ubica Wadi Tashwinat, compuesto por 101 precipicios de menor envergadura, es la parte más difícil de recorrer y se necesita un guía para hacerlo porque es una travesía muy peligrosa.
Para quienes aman el turismo aventura es una de las mejores propuestas en del mundo entero, donde se unen el apasionante desierto cambiante y las milenarias rocas que guardan celosamente miles de secretos.
¿Conocían sobre las Montañas Akakus? ¿Qué les parece este bello lugar en Libia?